martes, 22 de enero de 2019

UN TERRIBLE ERROR CONCEPTUAL: PLANIFICACIÓN ORIENTADA AL TRANSPORTE

“PLANIFICACION ORIENTADA AL TRANSPORTE”: un terrible error conceptual y de muy trágicas consecuencias.
Leonardo Miño Garcés
            El Señor Secretario de Territorio, Hábitat y Vivienda del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito ha anunciado (2019-01-19) que su unidad ha realizado una “Planificación Orientada al Transporte”. ¿Por qué considero que ese es un terrible error conceptual y de muy trágicas consecuencias?
            Vamos a ver. El Sistema Urbano es, como su nombre lo indica, un SISTEMA, o sea un conjunto de elementos o componentes articulados y relacionados entre sí de tal manera que la modificación de uno solo de ellos produce la modificación de todos los demás. Y dicho sistema, como todo sistema, tiene su jerarquía, es decir que unos componentes son principales y otros secundarios; y cada uno de ellos contiene unos elementos terciarios o instrumentos que emplea para su funcionamiento. Es muy similar al sistema orgánico del cuerpo humano, cuyos componentes principales son el cerebro, el corazón y los pulmones, y todos los demás son secundarios, cada uno de los cuales tiene otros sub componentes que le permiten funcionar; ejemplos de estos últimos son el subsistema circulatorio, el esqueleto, el subsistema linfático, la piel, la grasa, etc.; pero, claro, la afectación a uno cualquiera de los componentes, afecta a todo el sistema.
            En consecuencia, no tendría ninguna base científica realizar una medicina “orientada” al hígado, o a los huesos, etc., sino que la medicina debe, no “orientarse”, sino conocer y tratar TODO EL SISTEMA INTEGRAL.
            Volviendo al sistema urbano, el transporte no pasa de ser un INSTRUMENTO de la Movilidad, la cual, a su vez, es un componente secundario de dicho sistema, puesto que sirve para la comunicación o trasferencias entre los componentes principales: las actividades productivas (secundarias y terciarias), de intercambio (de bienes, servicios e información), de consumo (vivienda, educación, salud, recreación deportiva y socio-cultural y atención a los grupos más vulnerables) y de gestión (pública y privada). En consecuencia lo que hay que hacer con el transporte es GERENCIARLO, única y exclusivamente cuando ya se ha realizado la planificación integral de todo el sistema; no “orientar” la planificación urbana hacia él.
            Difícilmente un “emprendedor” (como se ha hecho costumbre llamar a los nuevos empresarios privados, como que ellos fuesen los únicos emprendedores) en lugar de planificar el funcionamiento de todo su negocio, sus relaciones con proveedores y clientes finales, su organización interna, etc., se dedicase a realizar una planificación “orientada” a los instrumentos  de su trabajo, tales como las computadoras, los muebles y los útiles de limpieza.
            Si el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito conociese o pusiese atención en que el 44,1% de los vehículos que circulan por sus carreteras, avenidas y calles tiene como motivo de viaje la transferencia entre vivienda-trabajo-vivienda, se dedicaría a eliminar los motivos de viaje del 55,9% de vehículos restante, mediante la Planificación del Ordenamiento del Territorio, dotando a cada barrio de todos los equipamientos públicos y negocios privados que retengan población en los barrios y no los obliguen a abandonarlos para ir a buscarlos en las centralidades urbanas de su ciudad. Un beneficio adicional de esta planificación sería la eliminación de la inseguridad y de los robos de los domicilios, porque los pobladores no dejarían abandonados sus barrios y casas, amén de que se formarían o reforzarían las redes barriales de solidaridad y apoyo mutuo. Y todo ello sin construir un solo metro cuadrado más de vías y eliminando la necesidad del Metro, que obligará a todos los habitantes del país a subsidiar el Metro de Quito por los siglos de los siglos.
            Cuando ustedes se encuentran atascados en una calle, les invito a imaginarse lo que ocurriría si de repente desapareciesen el 55,9% de los vehículos que obstaculizan su circulación, ¿no es cierto que el atasco no se produciría? ¡Es obvio!
            Analicemos con cuidado las transferencias entre los componentes principales del sistema urbano. La movilidad de una ciudad se produce para la realización de 16 transferencias entre los componentes principales del sistema urbano, dos de ellas tienen dos motivos de realización, así que son 18 transferencias. Ahora bien, el motivo de 5 es la transferencia vivienda-trabajo-vivienda; el motivo de 4 es el abastecimiento con vehículos de carga (el mismo que, en la Roma de Julio César, estaba dispuesto que se realice por las noches), 2 son de frecuencia semanal y 7 pueden y deben realizarse mediante internet. De manera que de las 18 transferencias totales solamente las primeras 5 deben realizarse en horas del día, en hora pico, y con la utilización de vehículo a motor, pero en su mayoría deberían efectuarse mediante transporte institucional, es decir en buses y no en vehículos particulares que ocupan un enorme espacio vial y sólo transportan 1 pasajero por vehículo. El cálculo anterior demuestra que se pueden eliminar los viajes realizados actualmente para el 72% de los motivos de viaje en hora punta y los vehículos para ellos empleados. Con lo cual, obviamente desaparecerían los atascos, se elevaría la accesibilidad al espacio urbano y la productividad del trabajo por el menor tiempo de desplazamiento. Aquellas trasferencias que deben realizarse por internet, o sea sin la concurrencia del interesado a la dependencia correspondiente, traen la ventaja adicional y trascendente de eliminar el contacto personal entre el ciudadano y el empleado, que es motivo y pretexto para el pedido de coimas. Pero, claro, como queda dicho, para eso se requiere la Planificación Integral del Ordenamiento del Territorio Urbano (del rural y regional he analizado en otro ensayo).[1]
            De realizarse la Planificación Integral del Ordenamiento del Territorio Urbano dotando a cada barrio de todos los equipamientos públicos y negocios privados que retengan población, dichos barrios podrían ser totalmente peatonales, como lo asegura la siguiente investigación científica:
“Una persona, caminando 12 minutos puede fácilmente alcanzar cualquier punto en un área de 100 hectáreas. Por lo tanto, cualquier actividad localizada en un área con una densidad de 10 personas/hectárea (la densidad tipo de un suburbio de los EEUU) puede ser alcanzada por 1.000 personas sin necesidad de vehículo a motor. O sea que 30.000 personas pueden alcanzar esas mismas actividades en el mismo tiempo de caminata si la densidad es de 300 personas/hectárea, que es la densidad tipo de un distrito central de negocios de una ciudad asiática.”[2] (En mis diseños de la Ciudad Sostenible Modelo he alcanzado una densidad de 356 personas/hectárea).
            En consecuencia, la “planificación orientada al transporte” constituye un terrible error conceptual y de muy trágicas consecuencias, entre otras la contaminación del medio ambiente, la elevada tasa de accidentalidad y conflictividad, la pérdida de vidas y el empleo de los escasos recursos disponibles en la recuperación de la salud de los accidentados y en la reparación de los vehículos, el derroche de los escasos dineros del Estado y de los particulares en la importación, refinación, transporte y compra de combustibles, la múltiple conflictividad en la relación entre motoristas-municipio-policía por los engorrosos, absurdos, anti técnicos e ilógicos trámites, que comportan y estimulan la corrupción, etc., etc. En suma, ¡una barbaridad! L.q.q.d.
            Por último, el anuncio que se comenta y otro realizado por el pomposamente denominado Instituto Metropolitano de Planificación Urbana en el que informa que ha realizado un Plan Urbano con un horizonte temporal al año 2040, se producen justo cuando la actual administración municipal está por fenecer, de manera que uno de los 20 aventureros que -envalentonados por el caos de la ciudad de Quito que a nadie importa- optan por el empleo de Alcalde, el momento en que sea electo arrojará a la basura todo lo que ha hecho la administración anterior, como es costumbre en este desafortunado país que carece de políticas de Estado para el largo plazo de cumplimiento obligatorio por todas las administraciones que se sucedan en el poder, tal como existe en la Gran Bretaña.
            Para conocer el efecto real (“por sus obras los conoceréis”) de las decenas de planes municipales elaborados en las últimas décadas, basta armarse de valor y de paciencia (o hacerse inyectar Valium a la vena o ser un abúlico de solemnidad) para asomarse a la ventana o recorrer las calles de la ciudad, y ver el caos, la suciedad, el estruendo, la desidia, la irresponsabilidad y la estulticia en sus más repugnantes expresiones.  
LMG. 2019-01-22

           




[1] El cálculo contenido en este párrafo lo dominan mis ex alumnos de las universidades Central del Ecuador y SEK.
[2] Urban planning and air polution.pdf