domingo, 17 de agosto de 2025

¿CUÁL ES EL LIBRO MÁS PERVERSO QUE SE HA ESCRITO DESDE LA INVENCIÓN DE LA ESCRITURA?

¿CUÁL ES EL LIBRO MÁS PERVERSO QUE SE HA ESCRITO?

¿Cuál ha provocado más miseria, hambre, sufrimiento, torturas y asesinatos?



¿LOLITA, de Vladimir Nabokov?

¿LOS VERSOS SATÁNICOS, de Salman Rushdie?

¿LA NARANJA MECÁNICA, de Anthony Burgess?

¿EL AMANTE DE LADY CHATTERLY de D. H. Lawrence?

¿EL CUENTO DE LA CRIADA, de Margaret Atwood?

¿MEIN KAMPF, de Adolf Hitler?

¿EL LIBRO ROJO, de Mao Tse Tung?

 

Vamos a ver:

Definiciones de perverso:

 

“Sumamente malo, que causa daño intencionadamente. Que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas” RAE.

“Persona, grupo o comunidad que sobrevive solamente causando el mal a los demás, y que planifica y se esfuerza por causar el mayor daño imaginable y posible a los otros, incluyendo el dolor, el hambre, la tortura, la muerte y la esclavitud. Causar el máximo mal posible a sabiendas” LMG

 

Examinemos las siguientes frases:

 

“Sus párvulos serán estrellados ante sus ojos, serán saqueadas sus casas y sus mujeres violadas”.

“Yo creo la desgracia”.

“Infundiréis temor y miedo a todos los animales de la tierra y a todas las aves del cielo”.

“A la hechicera no la dejarás con vida”.

“Sembraré delante de ti mi terror, llenaré de turbación a todos los pueblos donde llegues”.

“Y pasaron a cuchillo a todos cuantos había en ella, hombres y mujeres, niños y viejos; mataban hasta los bueyes, y las ovejas y los asnos”.

“Ante lo que se calmó el furor de su cólera”.

 

            Cada una de esas frases revela perversidad extrema en quien la profirió. Y, ¿quién fue?

            Esas frases -y otras que citaremos luego- provocaron a lo largo de los siglos situaciones como las que se presentan en estos días, y que se ven en las siguientes fotos.



Veamos:

 

“Yo he dado mis órdenes a mis santos guerreros; he llamado en mi IRAa mis campeones, llenos de alborozo por defender mi gloria” Isaías, 13:3

“Vienen de países remotos, desde los confines del cielo, el Señor y los instrumentos de su IRApara dejar desierta toda la tierra” Isaías, 13:5

 

            Si nosotros, lo pobres seres humanos sabemos de sobra que la IRA es mala consejera y es una expresión de precariedad cultural y de falta de dominio sobre sí mismo, ¡ese dios no las tenía todas consigo!

            “El pensamiento de Séneca es una invitación a vivir con plenitud, a controlarla angustia, el miedo y la IRA, a comprender que estas emociones son destructivas[1]

            Juan Montalvo recomendaba a los obispos que le insultaban desde el púlpito y deseaban su muerte por sus escritos en los que les criticaba su comportamiento contra el pueblo y el país: “No se enoje, no insulte, no grite, COMPRENDA”

            Decir que Dios tiene ira es un oxímoron: si tiene ira no es Dios y si es Dios no tiene ira.

 

“Lamentaos, porque cercano está el día del Señor, llega como la devastación del Shadday” (Dios todopoderoso) Isaías, 13:6

“Mirad que va a llegar el día del Señor, día horroroso y lleno de indignación, y de ira, y de furor, para convertir en un desierto la tierra y borrar de ella a los pecadores” Isaías, 13:9

“...se oscurecerá el sol al nacer y la luna no alumbrará con su luz” Isaías, 13:10

“Por eso, los cielos temblarán y la tierra se moverá de su lugar, por cuanto está airado el Señor de los ejércitos, y porque es el día de su ira y de su furor” Isaías, 13:13

“Dan muerte a todo el que encuentran; y el que sea capturado cae bajo la espada” Isaías, 13:15

Sus niños serán estrellados delante de sus ojos, saqueadas sus casas y forzadas sus mujeresIsaías, 13:16 (Subrayado mío)

 

            ¡Se revela tremendo odio en ese dios, y aconseja a sus fieles realizar acciones espantosas contra los más débiles: los niños y las mujeres! ¡Y el odio también es expresión de muy baja calidad cultural y moral!

 

“Matan a los muchachos y aniquilan a las doncellas. No tienen compasión del fruto de las entrañas: su ojo no se apiada de los niños” Isaías, 13:18

“Yo formo la luz y creo las tinieblas; hago la paz y envío los castigos; soy yo, el Señor, quien hago todas estas cosas” Isaías, 45:6-7

“Que teman y tiemblen ante vosotros todos los animales de la tierra, y todas las aves del cielo, y todo cuanto se mueve sobre la tierra: todos los peces del mar estén sujetos a vuestro poder” Génesis, 9:2

“No sufrirás que los hechiceros queden con vida” Éxodo, 22:18

“Yo enviaré el terror de mi nombre por precursor tuyo delante de ti; y exterminaré todos los pueblos del país en que tú entrares...” Éxodo, 23:27Ese dios, además de odiar, ¡es sanguinario y genocida! ¡Comparado con ese dios todo lo que hizo Hitler fue un berrinche de niño malcriado!

“...Pondré en tus manos a los moradores del país y los arrojaré de tu presencia” Éxodo, 23:31 En este versículo el dios de los judíos no sabe qué mismo está prometiendo porque las dos acciones son contradictorias.

 

            Este libro, supuestamente inspirado por un dios, ha sido la guía y el programa de vida, el modelo al cual ajustar la conducta y la vida de todo un pueblo, los judíos, por miles de años; ¡y otros pueblos lo consideran su guía espiritual sagrada!

            Pero, sin embargo, ese pueblo lo utiliza a su conveniencia, toma unos versículos como mandato y se burla de otros. En efecto, miren aquí cómo los judíos, este mismo momento (2025-07-30), no cumplen con los mandatos de su dios:

 

“No conquistarás ni oprimirás al extranjero, ya que también vosotros fuisteis extranjeros en tierra de Egipto”Éxodo, 22:21

“Huye de la mentira. No harás morir al inocentey al justo, pues yo no perdonaré al culpable de ello” Éxodo, 23:7 Los judíos siguen asesinando niños inocentes en Gaza y su dios no les castiga

“No molestarás al forastero; ya que sabéis qué es ser forastero, pues que vosotros mismos habéis estado en la tierra de Egipto como forasteros” Éxodo, 23:9

“No haréis daño a la viuda ni al huérfano” Éxodo, 22:22

“Si se lo hiciereis, clamarán a mi y yo escucharé sus clamores” Éxodo, 22:23

“Y encenderse ha mi enojo, y os haré perecer a cuchillo, y vuestras mujeres quedarán viudas, y huérfanos vuestros hijos” Éxodo, 22:24

 

            Durante siglos los judíos se han destacado por ser codiciosos y usureros, esta es una de las razones que han provocado repudio y hasta pogromos contra ellos; y lo han hecho a pesar de los mandatos en contrario de su dios, o sea que desprecian esos mandatos y a quien los profirió:

 

“Si prestares dinero al necesitado de mi pueblo, a un pobre que mora contigo, no le has de apremiar como un exactor, ni oprimirle con usura” Éxodo, 18:25

 

            Si bien en la primera frase se refiere a no ser codiciosos con los de su pueblo, o sea que al resto del mundo sí se le puede robar, en la segunda frase ya se refiere a todos los seres humanos.

            En cambio, en estos otros versículos su dios cambia de criterio (es muy voluble, y cambia de criterio con frecuencia) y aconseja a los judíos a ser perversos, ¡a invadir las tierras ajenas y exterminar a sus ocupantes!:

 

“Y mi ángel irá delante de ti, y te introducirá en el país del amorreo, y del heteo, y del fereceo, y del cananeo y del heveo, y del jebuseo, a los cuales yo exterminaré” Éxodo, 23:23.

 

            Queda definitivamente claro, en voz de su mismo dios, que las tierras que les ofreció a los judíos (su “pueblo elegido”), ya estaban ocupadas, ¡y que ese dios, que supuestamente creó a todos los seres, odiaba a los pueblos mencionados y prometió exterminarlos para que sus hijos preferidos ocupasen sus tierras! Entonces, si ese dios es omnisciente, o sea que conoce todas las cosas, en su pasado, presente y futuro, ¿para qué creó a esos pueblos si luego los iba a exterminar? Si se abstenía de criarlos y dejaba las tierras inhabitadas -y, de una vez ya aradas y con los frutos listos para ser cosechados para sus hijitos preferidos los lindísimos judíitos- no habría sido necesario el genocidio de esos pueblos.

            Nada más con este versículo se demuestra que toda la Biblia es un puro cuento y una gran mentira, inventada por unos pastores de cabras, más locos que sus cabras, pero que lograron confundir y descerebrar a millones de ingenuos y bobalicones por miles de años; y en estos mismos días provoca el genocidio del pueblo palestino.

            Para colmo, estos otros versículos, más terroríficos que cualquier novela negra posterior:

 

Éxodo, 23:27“Yo enviaré el terror de mi nombre por precursor tuyo delante de ti; y exterminaré todos los pueblos del país en que tú entrares y haré que a tu presencia vuelvan la espalda todos tus enemigos:

28. Arrojando delante tábanos, que ahuyenten al heveo, y al cananeo, y al heteo delante de ti.

29. No te los quitaré de delante en un solo año: porque no quede la tierra desierta, y no se multipliquen las fieras en daño tuyo.

30. Los iré quitando de tu presencia poco a poco, mientras que tú vas creciendo, y señoreando la tierra. (¡La perversidad a largo plazo!)

            

            ¡Favor poner atención a lo que sigue, es espantoso lo que nos espera!

 

31. “Fijaré tus confines desde el mar Rojo hasta el mar de los filisteos y desde el desierto hasta el río (se refiere al río Éufrates). Pondré en tus manos a los moradores del país, y los arrojaré de tu presencia”

            

            Lo anterior se expresa con más claridad en el libro de Josué:

 

Josué, 1: 1-4.

1. 1.“Orden de invadir Canaán (la palabra “invadir” significa que la tierra de Canaán ya estaba ocupada) Y sucedió que después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, habló el Señor a Josué, hijo de Nun, ministro de Moisés, y le dijo:

2. Mi siervo Moisés ha muerto; anda y pasa ese Jordán tú y todo el pueblo contigo, para entrar en la tierra que yo daré a los hijos de Israel.

3. Todo el lugar que pisare la planta de vuestro pie, os lo entregaré, como lo dije a Moisés.

4. Vuestros términos serán desde el desierto y desde el Líbano hasta el grande río Éufrates, y hasta el mar grande, a poniente.

Génesis, 15-18. En aquel día, el Señor firmó alianza con Abram, diciendo: A tu posteridad daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el grande Éufrates.

 

            O sea que su dios “otorgaba” a “su pueblo elegido”, una tierra que ya estaba ocupada, que se extendería desde el mar Rojo hasta el río Éufrates, lo que significa:

-      la Península de Sinaí (actualmente perteneciente a Egipto),

-      la actual Israel,

-      Jordania,

-      Palestina,

-      Líbano,

-      Siria y,

-      la mitad de Irak.

            Y eso solamente si suponemos que la frase “hasta el mar grande a poniente” se refiera al Mediterráneo, y no al “mar grande”, el Atlántico, en cuyo caso valdría que los italianos, españoles y todos los pueblos nor-africanos vayan poniendo sus barbas en remojo.

      ¿Será que los judíos, liderados por Netanyahu, financiados por Trump, con la vista gorda de Europa y armados con la bomba atómica van a ocupar todo ese territorio? ¿Será que cerca de 81 millones de seres humanos, despreciados por el dios de los judíos, ya deben ir cavando sus tumbas?

 

“No les tengas miedo, pues yo haré que los venzas. Ni uno solo de ellos podrá contigo” “Y pasaron a cuchillo a todos cuantos había en ella, hombres y mujeres, niños y viejos; matando hasta a los bueyes, y las ovejas y los asnos” Josué, 6-21

“Díjoles Josué: No temáis ni os acobardéis, esforzaos y mantened vuestro brío; que así tratará el Señor a todos vuestros enemigos contra quienes peleáis. Josué, 10-25

26. “Después de esto Josué les hizo quitar la vida; y los mandó colgar en cinco maderos, en los cuales estuvieron hasta la tarde”. ¡El bondadoso, caritativo y misericordioso hijo de su dios!

 

            No sin repugnancia me veo obligado a citar otros versículos, que me hacen recordar la manera cómo, según relatan los periódicos, actualmente las pandillas de narcotraficantesacaban con sus rivales:

 

Josué, capítulo 10.

“Conquistas de Canaán meridional. 28.En este mismo día se apoderó Josué de Maceda, y la pasó a cuchillo, matando a su rey y a todos sus habitantes, sin dejar siquiera uno; haciendo con el rey de Maceda lo mismo que había hecho con el rey de Jericó.

29. Dese Maceda marchó con todo Israel a Lebna, y comenzó a batirla.

30. El Señor la entregó con su rey en poder de Israel; y pasaron a cuchillo a todos los moradores, sin dejar alma viviente. Con el rey de Lebna hicieron lo mismo que habían hecho con el rey de Jericó. (subrayado mío)

 

            ¡O sea que su dios entrega atados de pies y manos a los pobladores de toda una región, y sus hijos escogidos se encargan de “pasarlos a cuchillo”, “sin dejar alma viviente”!

            ¡Toda una historia de amor y compasión ejemplares!

 

32. El Señor entregó a Laquis en manos de Israel, que la tomó al segundo día, y la pasó a cuchillo con toda la gente que había dentro, así como lo había hecho en Lebna.

34. De Laquis pasó a Eglón, y cercóla.

35. Y la conquistó el mismo día, y pasó a cuchillo a toda la gente que había en ella, ni más ni menos que lo había hecho en Laquis.

36. Marchó asimismo con todo Israel desde Eglón a Hebrón, y combatió contra ella.

37. Tomóla y la pasó a cuchillo con su rey; y lo mismo hizo con todos los lugares de aquella comarca, y con todos sus pobladores, sin perdonar a nadie; como había hecho en Eglón así hizo en Hebrón, acabando a filo de espada con cuanto había.

Josué, Capítulo 11

“Exterminio de los enaceos. 21. Por aquel tiempo acometió Josué y mató a los enaceos de las montañas, y los desarraigó de Hebrón y Dabir y Anab, y de todos los montes de Judá y de Israel, asolando sus ciudades.

22. Ni uno solo dejó de la raza de los enaceos en la tierra de los hijos de Israel; sino los que quedaron en las ciudades de Gaza y de Get y de Azoto.

 

            Los habitantes “que quedaron en las ciudades de Gaza” Josué dejó a Netanyahu que se encargara de “pasarlos a todos a cuchillo”, “sin dejar alma viviente”, lo cual este fiel carnicero hijo de Josué lo está cumpliendo fielmente entre los años 2024 y 2025.

 

23. Conquistó, pues, Josué toda la tierra, tal como el Señor había dicho a Moisés, y entregósela en posesión a los hijos de Israel, repartiéndola por sus tribus. Y su país descansó de la guerra.

 

            Y vivieron felices comiendo perdices. ¡Qué lindo dios! ¡Qué lindo pueblo!

            ¡Podría seguir citando barbaridades, pero ya no soporto tener este libro espantoso en mis manos; es insoportable leer y citar tanta miseria moral, ¡crueldad sin límites y tanta indignidad! ¡Tanto desprecio por todos los seres humanos que no pertenezcan a la raza judía; no valen nada, sin pudor ni asco se los pasa a cuchillo y se roba sus tierras!

            Ahora, toca analizar el argumento “divino” que esgrimen los judíos para decir que tienen derecho a apoderarse de toda la tierra de Canaán.

 

Libro del Génesis:

Viaje a Canaán. 12.

12.7. Y apareció el Señor a Abram (todavía no se llama Abraham) y díjole: Esta tierra la daréa tu descendencia. Y él edificó allí mismo un altar al Señor, que se le había aparecido.

13.15. Toda esa tierra que ves, yo te la daréa ti y a tu posteridad para siempre.

15.18. En aquel día, el Señor firmó alianza con Abram, diciendo: A tu posteridad daréesta tierra, desde el río de Egipto hasta el grande Éufrates.

26.2. (Se lo dice a Isaac, porque ya había muerto Abraham) “Porque se le apareció el Señor y le dijo: No bajes a Egipto, mas estate quieto en el país que yo te diré.

26.3. Y vive en él como peregrino, y yo estaré contigo, y te daré mi bendición: por cuanto a ti y a tu descendencia he de dartodas esas regiones, cumpliendo el juramente que hice a tu padre Abraham.

26.4. Y multiplicaré tu posteridad como estrellas del cielo, y daréa tus descendientes todas estas regiones, y por tu posteridad serán benditas todas las naciones de la tierra.

(Subrayados míos)

 

            Como se puede leer en todos esos versículos, supuestamente su dios promete a los judíos “darles” esas tierras, no les ordena “id y matad a todos sus ocupantes”. Así que, si respetasen la palabra de su dios, se limitarían a esperar sentaditos hasta que se cumpla la promesa y su dios le dé esas tierras. Son unos irrespetuosos y desprecian las promesas de su dios cuando se lanzan al genocidio.

            Ahora bien, veamos ahora ¿quién sí les “da” esas tierras, o sea quién realmente es el dios de los judíos, o el “instrumento” del que se valió aquel para “darles” a los judíos las tierras ajenas?

            Lo vamos a ver a continuación, examinando la realidad histórica, dejando aparte -pero sin olvidar- las leyendas, cuentos y mentiras registradas en el libro que motiva este artículo. A continuación, debo citar de manera extensa la crónica histórica[2]:

 

“De todas las promesas que el Gobierno británico hiciera durante la guerra (se refiere a la Primera Guerra Mundial) la tercera resultaría ser la más sólida (el compromiso con el movimiento sionista en la creación de una patria nacional en Palestina). Tras padecer siglos de antisemitismo en Europa y en Rusia[3], un grupo de pensadores judíos europeos unirían sus esfuerzos para concretar el sueño de fundar un Estado en Palestina. Desde el año 1882, serían varias las oleadas de inmigrantes judíos que huyeran de Rusia a fin de evitar la persecución a que allí se veían expuestos, y una pequeña minoría de ellos daría en establecerse en Palestina, entre veinte mil y treinta mil en total. Entre los años 1882 y 1903, la mayor parte de los integrantes de la primera oleada se asentarían en las distintas ciudades palestinas, pero unas tres mil optarían por establecerse en una serie de colonias agrícolas situadas tanto a lo largo de la planicie costera como en las montañosas regiones del norte, fundamentalmente en el monte Carmelo, con la ayuda de los distintos filántropos judíos europeos como Moisés Montefiore y el barón Edmond de Rothschild.

              Este movimiento comenzaría a adquirir un mayor ímpetu en el año 1896 al publicarse el señalado libro de Théodore Herzl titulado The Jewish State. Herzl, un periodista vienés, impulsaría la difusión de un nuevo movimiento nacionalista judío al que llegaría a conocerse con el nombre de sionismo. En el verano de 1897, Herzl convocaría asimismo el Primer Congreso Sionista, en el que se crearía la Organización Sionista Mundial y se definirían sus objetivos -consistentes fundamentalmente, en la creación en Palestina de una patria para el pueblo judío respaldada por el derecho público.

              La organización recién creada necesitaba conseguir apoyo internacional para su proyecto. Con el estallido de la primera guerra mundial, el movimiento abandonaría Berlín y trasladaría su sede a Londres. El líder de la organización era Chaim Weizmann, un profesor de química cuyas contribuciones al esfuerzo bélico (había realizado un descubrimiento que podía aplicarse directamente a la fabricación de proyectiles de artillería) le habían permitido acceder a las más altas instancias del Gobierno británico. Weizmann aprovecharía sus relaciones para tratar de conseguir que el Gobierno respaldara oficialmente el movimiento sionista. Tras más de dos años de activas presiones al primer ministro David Lloyd George y al ministro de asuntos Exteriores, Arthur Balfour, Weizmann consiguió los apoyos que buscaba. En una carta fechada el 2 de noviembre de 1917, Balfour informaría a Weizmann lo siguiente:

 

El gobierno de Su Majestad ve con buenos ojos el establecimiento en Palestina de una patria para el pueblo judío, y dedicará sus mejores afanes a facilitar la consecución de ese objetivo, en el bien entendido de que no deberá hacerse nada que pudiera perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías que ya existen en Palestina, ni los derechos ni la posición política de que hoy disfrutan los judíos que residen en cualquier otro país.

 

              Está claro que el elemento central que motivaba tan abierto pronunciamiento era la defensa de los intereses británicos... Deberíamos quedar en situación de realizar una propaganda extremadamente útil, tanto en Rusia como en los Estados Unidos, [donde] la inmensa mayoría de los judíos... parecen ser favorables al sionismo. Además, lo sionistas estaban dispuestos a devolverles el favor, así que tras la Declaración Balfour, presionarían para que Palestina quedara bajo control británico...

              El Gobierno británico había prometido al menos a dos aliados diferentes el control de la mayor parte de la Gran Siria y Mesopotamia, y en el caso de Palestina, los británicos habían terminado jugando a tres bandas (se la prometieron a los árabes, a los franceses y a los judíos)[4].” (Subrayado mío)

            

            De manera que, finalmente, el dios de Israel terminó siendo la “pérfida Albión”, fue esa perfidia la que “dio” las tierras que ambicionaban los judíos, no fue ningún dios todopoderoso, sino la hipocresía británica. Todos los versículos citados arriba del libro que se comenta en que se lee: “yo te daré” los cumplió el Gobierno británico. ¡Qué magnífico dios de los judíos!

            Respecto de si los relatos contenidos en el libro que motiva este artículo son eventos históricos objetivos o cuentos o leyendas o tradiciones, voy a dar la palabra a dos judíos de innegable objetividad y prestancia intelectual históricamente reconocida: Baruch (Bento) Spinoza e Isaac Asimov.

 

BARUCH SPINOZA(1632-1677)

            Para empezar, hay que conocer que la Torá -de la que se va a hablar- “es la compilación de los cinco primeros libros de la Biblia hebrea: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Es el texto que contiene la ley y el patrimonio identitario del pueblo judío, y es llamada Pentateuco en el cristianismo”[5]

            Las siguientes son dos páginas (89 y 90) del libro EL SECRETO DE SPINOZA, del investigador y escritor portugués José Rodrigues dos Santos, en cuyas obras toma temas y conocimientos científicos e históricos y -para mayor comprensión- los desarrolla en forma de novela.

 

EL SECRETO DE SPINOZA

 

-La Torá está repleta de ambigüedades que nacen de

nuestra dificultad a la hora de diferenciar una letra de otra en

el alfabeto antiguo. -Señaló algunas letras del texto-. ¿Ven

estas? Alef, Ghet, HgainHeson las que se conocen como

guturales y en la grafía antigua difícilmente se distinguen

unas de otras. El, que significa «para», muchas veces se confunde

con Hgal, que significa «sobre», y viceversa. Eso crea

ambigüedades constantes. Después está el problema de los

múltiples sentidos de las conjunciones y los adverbios. Por

ejemplo, Vausirve indistintamente como indicador de unión

o de separación, significa «y», «pero>, <porque», «no en tanto»,

«entonces». Kitiene siete u ocho sentidos, por ejemplo: «de

allí>, «aun así», «si», «cuando», «tanto en cuanto», «porque» ...

En fin, muchas cosas. Lo mismo pasa con otras palabras en hebreo.

Otra...

            -Espere espere -le interrumpió Koerbacg- ¿No hay

forma de resolver esos problemas?

            -Estamos hablando de inmensas dificultades-insistió

Bento-. Por ejemplo, los verbos hebreos en la forma indicativa

no tienen presente, no tienen pretérito imperfecto, no tienen

pluscuamperfecto, no tienen futuro perfecto ni otros tantos

tiempos verbales que encontramos en la mayoría de las

lenguas, como en el neerlandés o en mi portugués materno.

            Esta vez, quien insistió fue Rieuwertsz, el anfitrión.

            -Habrá seguramente alguna forma de darle la vuelta a eso.

            El judío hizo un gesto de impotencia con la mano.

            -Es cierto que estas dificultades en los tiempos verbales

se pueden superar con facilidad e incluso elegancia recurriendo

a ciertas reglas fundamentales de la lengua -reconoció-.

El problema es que los autores antiguos evidentemente

no dieron importancia a esas reglas y usaron el futuro

cuando se querían referir al presente y al pasado, lo que provoca

una gran confusión. 89

 

JOSÉ RODRIGUES DOS SANTOS

 

Los collegiantense volvieron a mirar entre sí, ahora desanimados.

            -Wat zonde! exclamó Koerbagh-. ¡Qué pena! No contábamos

con esto.

            -Como si todo lo que les he dicho no bastara, el hebreo

no tiene vocales y las frases no se separan con ninguna señal

que clarifique el sentido o diferencie las palabras. Para resolver

este problema usamos puntos y acentos, pero los antiguos

escribían sin puntos ni acentos. Cuando se encontraron

con este problema en los textos originales, los copistas empezaron a meter

puntos y acentos según sus interpretaciones de

las Escrituras, lo que significa que los puntos y acentos que

actualmente existen en la Torá son apenas interpretaciones y

no tienen más autoridad que cualquier otro comentario. Lo

cierto es que las dificultades que la lengua hebrea supone son

tantas que no existe ningún método capaz de resolverlas todas.

Como consecuencia, incluso para nosotros los judíos, las

Escrituras están repletas de frases inexplicables. Aún más,

hay indicaciones de que el Libro de Job, por ejemplo, originalmente

fue escrito en otra lengua que no era el hebreo, lo

que explica su contenido oscuro.

...

 

(Subrayados míos)

 

            En este libro hay muchos otros pasajes en los cuales Baruch Spinoza demuestra que la Biblia no es un texto divino, sino escrito por seres humanos con propósitos preestablecidos. Por ejemplo:

 

“Aquí explico, para que no quepa duda, el motivo por el que creo que la Ley de Moisés no es válida y el motivo por el que no considero la Biblia como un texto divino. Además, hablo de la forma en que se escribieron las Escrituras, transformadas y modificadas muchas veces por sucesivos autores a lo largo del tiempo. También presento una técnica revolucionaria para leer e interpretar las verdaderas intenciones de estos diversos autores...” (Op.Cit. pág 230)

 

ISAAC ASIMOV (1920-1992)

 

            El diluvio universal relatado por la Biblia y del que, supuestamente, solamente se salvó Noé y su familia, ya estaba registrado en los mitos de la Mesopotamia, se refería a la inundación provocada por las crecidas del río Éufrates y, como ese era todo el mundo conocido por los habitantes de la Mesopotamia, los Sumerios, creían que todo el mundo quedaba sumido bajo las aguas. Este evento climático que ocurría cada verano y que, claro que provocaba múltiples penalidades a una sociedad que dependía de un complejo sistema de agricultura de irrigación, fue mitificado por los judíos y convertido en relato de su Biblia. (EL CERCANO ORIENTE, Historia universal ASIMOV, Págs. 17-19)

 

“El Tigris y el Éufrates no nacen en lagos, sino en fuentes montañosas. No hay ninguna represa y las inundaciones pueden ser desastrosas en años de mucha nieve y repentinas oleadas de calor primaverales. (En una fecha tan tardía como 1954 Irak sufrió una catastrófica inundación provocada por el ascenso de los ríos)

         Entre 1929 y 1934, el arqueólogo inglés Sir Charles Leonard Wooley excavó el montículo que correspondía a la antigua ciudad de Ur... encontró una capa de limo de tres metros de espesor, sin ningún resto arqueológico.

         Llegó a la conclusión de que era un sedimento depositado allí por una gigantesca inundación. Calculó que tal inundación alcanzó una profundidad de unos nueve metros y se extendió por una superficie de 500 kilómetros de largo por 160 de ancho, prácticamente todo el territorio comprendido entre los ríos.

         ...Esta super-inundación o Diluvio quizá se produjo alrededor del 2800 a.C.

         ... Se formó una leyenda sumeria del Diluvio que es el primer poema épico que se conoce... en la obra, el Diluvio es universal, y en cierto modo tal vez fue así, pues la Mesopotamia era todo lo que les importaba del mundo a los sumerios.

         ...El cuento de Utnapishtim (el posterior Noé de la Biblia judía) es tan similar al cuento bíblico de Noé, que la mayoría de los historiadores sospechan que este último deriva del poema épico de Gilgamesh. También es posible que la serpiente que sedujo a Adán y Eva privándolos de la vida eterna tenga su modelo en la serpiente que privó a Gilgamesh del mismo don. (op.cit. págs. 30-33)

 

            Con seguridad todos recordarán este pasaje bíblico:

 

“...Nació (dice la leyenda) de una mujer de encumbrada familia, pero su padre era desconocido. Su madre, por vergüenza de tener un hijo ilegítimo, lo dio a luz secretamente y luego trató de desembarazarse de él antes de que alguien lo hallara.

         Hizo un pequeño bote de cañas y lo untó con brea para hacerlo impermeable. Puso al niño en él y lo lanzó al río. Fue hallado por un pobre hortelano que lo crió con amor, pero en la pobreza. Más tarde, en su edad adulta, sus talentos innatos lo condujeron al liderazgo, las conquistas y el poder supremo...” (op.cit. pág. 42-43)

            

            Pues se refiere a Sargón, rey de los Acadios, que venció a los sumerios (inventores de la escritura) en el 2370 a.C. Este mismo cuento luego fue copiado por los griegos con Edipo y Perseo, por los romanos con Rómulo y Remo y por los judíos con Moisés.

 

“Es muy posible que la gran fama de la leyenda de Sargón haya influido en los cuentos posteriores, particularmente en el de Moisés” (op.cit. pág. 43)

 

            O sea que es muy posible, también, que Moisés ni siquiera existió realmente.

            Una prueba histórica de que la tierra que supuestamente su dios dio a los judíos ya estaba ocupada:

 

“Ese período de debilidad brindó a los israelitas una oportunidad para expandirse. Cuando entraron en Canaán, hacia el 1200 a.C., hallaron la costa ocupada por los Pueblos del Mar. Éstos, llamados Filisteos, poseían armas de hierro, mientras que los israelitas carecían de ellas, de modo que durante un siglo los filisteos dominaron la región.” (op.cit. pág. 82)

            

            Lo que significa que ese dios “creador de todos los hombres” quería a unos y odiaba a otros, “en su infinita bondad y sabiduría”. A diferencia de lo que ocurre entre los simples seres humanos, en que incluso un padre desempleado y lanzado al alcohol por la miseria no discrimina entre sus hijos, quiere a todos por igual y da la vida por todos por igual, sin ninguna distinción. Es el resultado de lo que Richard Dawkins y Edward O. Wilson llaman “el gen altruista”, el que predomina y determina la vida en el interior de la familia, unida como un puño y solidaria.

            Pero entre los judíos, decir que dios no tiene preferencias entre las naciones, ¡es blasfemia!:

 

“- No veo por qué Él me iba a dejar de proteger. Para Dios todos los hombres son iguales, no distingue naciones.

         El presidente del Bet Din[6]lo señaló de inmediato con el dedo acusador.

- ¡Blasfemia! -exclamó-. La Torá establece claramente que los judíos son el pueblo elegido. Lo dice HaShem, bendito sea Su nombre, en el Deuteronomio, capítulo catorce, versículo dos: “eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios, que te eligió como pueblo especial entre todos los pueblos de la tierra”.[7]

 

            Examinemos ahora los cuentos sobre los derechos divinos de los judíos sobre la actual Palestina, con Abraham a la cabeza:

 

“El pueblo que dominó Canaán ocho siglos después de la invasión amorrea[8]conservó leyendas sobre sus antepasados, que habían entrado en Canaán por aquella época. Es difícil saber hasta qué punto las leyendas se basan en hechos, pero las gentes que hacían tales afirmaciones las conservaron cuidadosamente porque, en parte, servían para legalizar su soberanía sobre esa tierra.

         Hablaban de un antepasado llamado Abram (y más tarde, Abraham), nacido en la ciudad sumeria de Ur y que había atravesado toda la Media Luna Fértil hasta llegar a Canaán. Se decía que en Canaán había hecho una alianza (esto es, un acuerdo legal) con Dios, por el cual, a cambio de ser adorado, Dios otorgaría toda Canaán a los descendientes de Abraham. Este cuento es relatado en los capítulos 12 a 15 del Libro del Génesis, de la Biblia.

         Los que se consideraban descendientes de Abraham creyeron ese relato y consideraron que él les daba derechos legales sobre Canaán. (LA TIERRA DE CANAÁN, Historia Universal Asimov, págs. 30-31. Subrayado mío) 

 

            Esa frase: “a cambio de ser adorado” indicaría que la masacre de millones de palestinos es un simple sacrificio de adoración a un dios vanidoso que necesita ser adorado; ¡similar al sacrificio de una gallina que hacían otros pueblos a sus dioses!

 

            Respecto de la religión de estos pueblos cabe esta consideración:

 

“Además de la ocasional necesidad de defenderse contra un enemigo común, un vigoroso factor que mantuvo unidas a las tribus fue la religión. Es difícil saber cómo era la religión de los israelitas en la época que atravesaron el Jordán, pues los líderes religiosos de los tiempos posteriores tendían a hacer remontar a tiempos primitivos sus propias complejas creencias. Probablemente la religión israelita de la época de la conquista[9]no difería mucho de la de otras tribus nómadas, y quizá adorasen a un dios de las tormentas, no muy diferente de otros dioses. (pág. 57)

         El nombre del dios israelita se escribía con cuatro consonantes YHVH. Las vocales no se indicaban, y como los israelitas posteriores preferían no usar el nombre por razones supersticiosas, no se sabe con certidumbre cuáles eran las vocales. Posteriormente se usó el nombre “Jehová”, que -seguramente- es erróneo, y los sabios modernos prefieren el nombre “Yahvéh”. (Nota al pie de la página 57)

 

            Respecto del héroe histórico de los israelitas, David, su historia real no es muy ejemplar. Lo que más se ha difundido es su supuesta pelea con Goliat, de la que dice Asimov: “Probablemente se trata del mismo género de cuentos que el de George Washington y el cerezo, pero lo cierto es que David era de ese tipo de líder valiente y carismático del cual suelen creerse esas historias” (75). Pero abundan también sus problemas de alcoba: “Pero David tuvo un pequeño problema en su propio harén” (80), que los resolvía eliminando a los que le robaban sus mujeres, o robando las mujeres a sus generales.

            Hay que conocer que el pueblo del que tratamos estaba compuesto de varias tribus, por ejemplo, la tribu de Judá era diferente de la tribu de Israel y, al proclamarse David rey de Judá los israelitas no tenían rey, que había sido asesinado y su cabeza entregada a David. “Quizá los ancianos israelitas no se sintiesen contentos de tener que inclinarse ante un judío, pero lo hicieron... En 991 a.C. además de rey de Judá, se convirtió en rey de Israel” (82)

         

“El reino unido sobre el que David llegó de este modo a gobernar es llamado sencillamente Israel en la Biblia, pero nunca fue realmente un reino unido...” (82)

“Unida política y religiosamente la nación, David se sintió con fuerzas para embarcarse en un programa de crudo imperialismo... uno tras otro se apoderó de los reinos fronterizos de Canaán, Amón, Moab y Edom…” (85)

 

            Y aquí viene el origen de la leyenda que hemos analizado al principio referente a “la promesa de Dios sobre las tierras”:

 

“El reinado de David fue suficientemente triunfal como para parecer una edad dorada a los hombres de generaciones posteriores. En medio de todos los desastres que iban a sobrevenir, el recuerdo de David los alentó y los hizo abrigar una persistente esperanza en que tales días volverían.

         Las fronteras del imperio de David parecían ser los <límites naturales> del dominio de Israel-Judá y, en siglos posteriores, cuando fueron escritas las antiguas tradiciones (la Biblia) el territorio del que se decía que había sido prometido por Dios a los descendentes de Abraham era el del Imperio Davídico. La promesa está formulada del siguiente modo: <A tu descendencia he dado esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Éufrates> (Génesis, 15:18); pero sólo en tiempos de David y su hijo se cumplió realmente esa promesa.” (86-88) Ese territorio fue el reino de David en el 990 a.C.

 

            Ahora veamos el procedimiento que aplicó David para asegurarse de que la sucesión de su reino no vaya a otras manos.

 

“Aun después de la formación del imperio, David no se vio libre de problemas. El que más lo agobiaba en sus últimos años era el de la sucesión. En primer lugar, naturalmente deseaba que quedase entre sus descendientes, lo cual planteaba la cuestión de la casa de Saúl, que conservaba una persistente lealtad entre muchos israelitas.

         Pero a este respecto, David estaba dispuesto a ser implacable. Hizo ejecutar, con uno u otro pretexto, a todos los descendientes varones de Saúl que pudo hallar(¡un amoroso este David!), y finalmente sólo quedó vivo uno. Era un hijo lisiado de Jonatán, quien a causa de su estado físico no podía subir al trono, pero al que David mantuvo practicamente preso en su casa de Jerusalén. Más difícil le resultó tratar con sus propios hijos, que eran numerosos.

         Era costumbre de los monarcas asiáticos poseer un harén... El intento de Salomón (el sucesor de David) de hacer de Israel-Judá una cabal monarquía oriental suponía la formación de un harén aún más grande que el de su padre, pues el poder y la gloria de un rey se medían, en parte, por las dimensiones y el esmero de su harén. La Biblia menciona cuidadosamente a las mil esposas y concubinas del rey...” (88-91) (¡Por eso no tenía tiempo para pensar!)

 

            Al final, Betsabé, la esposa favorita de David, persuadió al rey moribundo que nombrase sucesor a su hijo, Salomón, para lograr lo cual no tuvieron problemas en asesinar a Adonías, el mayor de sus hijos sobrevivientes. Luego nos engatusaron contándonos que Salomón era sabio.

            Esa es la historia del “gran David”, cuya estrella luce en el centro de la bandera de Israel. Es como que los EEUU pusieran la espantosa cara de Trump en el medio de su bandera, o los españoles la de Franco o los alemanes la de Hitler. En fin, que con los monos desnudos cualquier barbaridad puede ocurrir.

            

            El libro que comentamos, la Biblia, ha sido promocionado y “santificado” con el cuento de que “es el libro inspirado por Dios”, y que lo escribieron los profetas. Veamos qué eran los profetas:

 

“...grupos de hombres que se entregaban a la devoción extática[10], que tocaban instrumentos, cantaban, danzaban, caían en trance y llegaban al frenesí. Se suponía que en estos estados de frenesí estaban en contacto con la deidad, y sus murmullos y exclamaciones incoherentes eran considerados como mensajes divinos. Esos hombres y sus adeptos juzgaban más seguro dejarse guiar ante todo por esos mensajes.

         Estos individuos extáticos, a los que podríamos aplicar la palabra moderna de <derviches> (que designa a individuos similares en la religión mahometana), eran llamados en tiempos antiguos <profetas>, de una palabra griega que significa <proferir> (con referencia a sus estados extáticos). Puesto que se suponía que las formulaciones proféticas informaban sobre el futuro, la palabra llegó a significar <alguien que puede predecir el futuro>... existía el partido profético...” (70-71)

 

            Actualmente, a esos individuos les diagnosticarían que han consumido una sustancia sicotrópica, que “afecta al sistema nervioso central y puede modificar la percepción, el estado de ánimo, la conciencia y el comportamiento”. Un caso similar es el de San Juan en la isla de Patmos, ya centenario, mal alimentado, solo y con la canícula en su cabeza, algunos autores indican que probablemente estaba en estado de trance, en el cual es comprensible que escribiera ese libro terrorífico, el Apocalipsis, lleno de visiones espantosas. 

            Eso explica, también, que los profetas de la Biblia describan a su dios de manera tan diferente y contradictoria, en efecto, en los libros de Josué e Isaías su dios es sanguinario, vengativo, irascible, lleno de odio; mientras que otros profetas lo hacen más ecuánime y compasivo. 0, acaso, ¿su dios es tan voluble?

            A la luz de esa “veracidad” de los profetas, examinemos algunas de sus más trascendentes “revelaciones”.

            Sobre la creación del mundo:

            En el exilio de los judíos en Egipto, que nos han contado que fue muy penoso y solamente pudieron salir mediante las siete plagas y la abertura del Mar Rojo (magistralmente graficado en la película Los Diez Mandamientos, que nos hizo llorar y suspirar) no todo fue penuria ni desgracia para los judíos, “un grupo de judíos estuvo al servicio de Egipto en la isla de Elefantina, en el Nilo... allí sirvieron como aguerridos mercenarios que custodiaban los límites meridionales del país con los nubios... en esa isla elevaron un templo a Yahvéh...” (148)

            

            O sea que los judíos no lo pasaron mal en Egipto, ¡otro cuento!

 

“Pero fue en Babilonia[11]y sus alrededores donde los judíos realizaron un verdadero milagro.

...Nabucodonosor no maltrató ni persiguió al pueblo exiliado de Judá. Se contentó con asegurarse de que no volvieran a rebelarse y perturbar su imperio. En los tramos inferiores del Tigris y del Éufrates donde se establecieron -<la cautividad de babilonia>- fueron tratados con total tolerancia. Hasta se les permitió adorar libremente a Yahvéh... Ciertamente, los judíos se adaptaron a la economía del reino y muchos de ellos lograron una posición muy acomodada...

         Los exiliados se aferraron al yahvismo, pues, pudieron reunirse, leer la ley, interpretarla, meditar sobre ella, etc... El yahvismo, despojado de su templo, vivió en sus sinagogas.

         Pero los escritos y las tradiciones no adquirieron todavía su forma definitiva. Al ser copiados una y otra vez, era imposible impedir que las complejidades babilónicas entrasen en los toscos registros de los judíos. A los escritos venerados se incorporó la leyenda babilónica de la creación de la tierra, despojándola, desde luego, de sus elementos paganos. La historia de Adán y Eva, la lista de los longevos descendientes de la pareja, la historia del gran Diluvio que asoló al género humano, el cuento de la Torre de Babel, etc., todo ello provenía de las leyendas babilónicas...” (148-149. Subrayado mío.)

 

            Así que, todas las “revelaciones” de Yahvéh a los profetas judíos, desde la creación del mundo en siete días, etc., etc., todo, puro cuento. “Los babilonios tenían la costumbre de dividir los años en períodos de siete días” por su compleja ciencia astronómica, eso utilizaron los judíos para decir que su dios creó el mundo en siete días.

            Pero los yahvistas recalcitrantes siguieron suspirando por volver a “su” tierra y “crear una nueva nación que dominaría toda la Tierra y duraría eternamente”, (149) para lo cual tenían que armarse con un tremendo libro que engatusara a ellos mismos y a todo el mundo y, ¡vaya que tuvieron éxito!

 

“Las palabras de los profetas de tiempos anteriores fueron examinadas minuciosamente en busca de pasajes que pudieran ser interpretados de modo que sustentaran los anhelos del momento. Y no está excluida la posibilidad de que se añadieran pasajesapropiados a los viejos escritos para fortalecer ele espíritu nacional...” (150. Subrayado mío)

 

            Llega a tanto la manipulación de la Biblia que durante la permanencia de los judíos en Babilonia surgió un poeta, y “sus escritos fueron atribuidos al profeta Isaías, que había vivido dos siglos antes, para darles mayor crédito, por lo que aparecen en el libro de Isaías, desde el capítulo 40 en adelante. (Y aquí viene lo bueno:) El segundo Isaías exalta el advenimiento de Ciro (rey de los persas) y, al mismo tiempo, expone una nueva concepción de Yahvéh. Este ya no era solamente el dios de los judíos y el único que ellos podían adorar. No era sólo el más grande dios del universo, era el únicodios del universo, y el único que cualquierapodía dorar eficazmente... Según esta concepción, toda la historia obedecía a los designios de Dios...” (155-156. Subrayado mío). Así surge el monoteísmo.

            Ahora vamos a Egipto, a Alejandría.

 

“Así, alrededor de 270 a.C., por primera vez en la historia comenzaron a aparecer los libros bíblicos en una versión diferente a su lengua original. La tradición posterior embelleció esta aparición de la primera traducción de la Biblia. Se decía que Tolomeo II había enviado a buscar sabios a Judea. Se suponía que el número de éstos había sido de setenta (o setenta y dos), por lo que la traducción fue llamada posteriormente la Septuaginta... Más aún, continúa la leyenda, cada uno de los setenta (o setenta y dos) tradujo la Biblia separada e independientemente, y cuando se compararon las traducciones, se halló que eran todas idénticas. (Esto era un claro intento de demostrar que la versión griega era tan inspirada como la hebrea original, pues sin la intervención divina, setenta versiones independientes no podrían haber sido idénticas).

         En verdad, la traducción no era muy buena. Había muchos errores, y las traducciones modernas de la Biblia deben dejar de lado la Septuaginta y usar las versiones hebreas. Esto no modifica el hecho de que la Septuaginta era la Biblia de la Antigüedad. Era la única de la que disponían los no judíos y muchos judíos de habla griega también, y esto influyó en la historia del mundo. (198-199)

 

            El fin de la permanencia de los judíos en Jerusalén y en Canaán:

 

“El hijo de Vespasiano, Tito, permaneció en Alejandría hasta que su padre (ahora emperador) le ordenó que se dirigiese a Judea para completar la tarea. En mayo del 70 Jerusalén fe puesta bajo sitio. Las murallas fueron destruidas paso a paso. El hambre y la violencia hicieron su mortal faena (al igual que en estos días Netanyahu mata a los niños en Gaza), y el 28 de agosto fue tomado y destruido el Segundo Templo. Así terminó éste, después de seis siglos de existencia, y mil años después de que Salomón construyese el Primer Tempo. Nunca habría un tercero...” (290)

“Pero, pese a todo, el judaísmo sobrevivió. Jerusalén ya no existía como centro nacional, pero por todas partes había maestros judíos. El centro del saber judío después de la rebelión era la ciudad de Jamnia, situada cerca de la costa y a unos 50 kilómetros al oeste de Jerusalén. Allí, alrededor del 90 se reunieron los sabios judíos que elaboraron la edición final de la Biblia. Ellos decidieron qué libros incluir en ellas y cuáles omitir... Los libros omitidos aún se encuentran en otras versiones de la Biblia como la Septuaginta, y constituyen los llamados <Libros Apócrifos> u <ocultos>” (292 y nota al pie de la página 92. Subrayado mío)

 

            En el año 134 el emperador Adriano expulsó a los judíos de Jerusalén. “La ciudad que (excepto durante un intervalo de medio siglo en tiempo de los caldeos) había sido la capital judía desde que David se apoderase de ella, once siglos antes, quedó fuera del control judío durante más de dieciocho siglos (sin que los judíos la olvidaran jamás) ... Este fue realmente el fin” (294-295)

 

            Ahora sabemos que dieciocho siglos después, la pérfida Albión regaló esa tierra a los judíos con beneplácito de las inútiles Naciones Unidas, y aquellos empezaron una sanguinaria tarea de desalojar al pueblo palestino, de manera que hoy más de cinco millones malviven en campamentos de refugiados en los países vecinos y dos millones más están siendo diezmados en Gaza, con el dinero y las armas de los EEUU y de Europa y la vista gorda del resto de los espantosos seres humanos.

            La vida de esos millones de seres humanos en los campos de refugiados se ve en las siguientes fotos:



Los refugiados palestinos en Yarmouk, Siria esperando comida proporcionada por la UNRWA, durante la guerra civil en Siria en 2014.[1]

            

            En estos días hay 58 campos de refugiados palestinos en Gaza, Cisjordania (Jerusalén Este), Jordania, Siria y Líbano; existen otros campos de refugiados en Arabia Saudí, Egipto, Libia, Argelia e Irak; son cinco millones de refugiados en total.[2]

            Todos esos seres humanos fueron desalojados a la fuerza de su patria desde que la pérfida Albión “dio” a los judíos las tierras ajenas, resolución que fue confirmada por las inútiles Naciones Unidas en 1948.

 

            Todo lo anterior deja en entredicho o refuta de manera definitiva que la Biblia sea “un libro inspirado por Dios” o “una revelación divina”.

            Ahora examinemos si en verdad Dios dictó a Moisés los diez mandamientos en una zarza ardiendo:

 

“El Código de Hammurabi fue inscrito en una estela de casi tres metros de dura diorita... En lo alto de la estela hay un relieve que muestra a Hammurabi humildemente de pie ante el dios del sol; Shamash, quien se halla sentado en un trono sobre la cima de una montaña y tiene los hombros en llamas. (Es una situación similar a la de Moisés, quien cinco siglos más tarde es descrito en la Biblia subiendo al monte Sinaí para recibir la ley de Dios.)

 

            De manera que encontramos tres “similitudes”: 1. En lo alto de una montaña, 2. En medio de llamas, 3. La ley inscrita en una piedra. ¿No será que los judíos, cinco siglos después, copiaron ese pasaje de los babilónicos?

 

            Ahora bien, sin dejar de lado esos datos históricos y bíblicos, voy a analizar si es creíble y posible y verídico que Dios, creador del universo, consideró efectivo y suficiente contar a un hombre -y, por si acaso se le olvide- grabar en una piedra la ley o los diez mandamientos que deben regir la conducta de los seres humanos por los siglos de los siglos, so pena de fuego eterno.

            La Biología, la Neurociencia, la Bioquímica y la Genética han demostrado que el comportamiento de los seres humanos está determinado por los genes y por la epigenética, es decir, por el funcionamiento de los genes influido por el ambiente. Entendido el ambiente como toda la educación e influencia (positiva y negativa) que recibe el ser humano en la familia, escuela, sistema “educativo” o educativo de verdad, trabajo, barrio, etc. Si el sujeto ha desarrollado su inteligencia, filtra toda esa información y decide con objetividad; si no lo ha hecho se comporta como un animalito dominado por sus sentidos primitivos.

 

“Epigenética: cambios en la regulación de la actividad y la expresión génicas que no dependen de la secuencia de genes (sino del ambiente).[3](frase entre paréntesis, mía)

         

            Esos dos factores: el código genético y la epigenética, pueden actuar de dos maneras, según el individuo. En efecto, los individuos con mayor nivel cultural son capaces de controlar sus instintos animales de supervivencia -determinados por sus genes- y actuar ceñidos a sus convicciones racionales (o sea que sus genes condicionan, pero su cultura determina); en cambio otros -infortunadamente la mayoría- con bajísimo nivel cultural, dejan que sus genes determinen su comportamiento.

            En consecuencia, la Biología ha demostrado que el llamado “libre albedrío”,

 

“que algunos filósofos aducen que nos sitúa aparte (del resto de organismos), es un producto del centro de toma de decisiones subconscientes del cerebro que proporciona a la corteza cerebral la ilusión de una acción independiente. Cuanto más ha definido la investigación científica los procesos físicos de la consciencia, menos ha dejado para cualquier fenómeno que pueda calificarse intuitivamente como libre albedrío. Somos libres como seres independientes, pero nuestras decisiones no están libres de todos los procesos orgánicos que crearon nuestro cerebro y nuestra mente personales. Por lo tanto, parece que el libre albedrío es, en último término, biológico.” (op.cit. Wilson, pág. 334)

 

            Tanto Edward O. Wilson como Richard Dawkins -entre otros- han descrito de manera sencilla el comportamiento humano de esta manera: en el interior del grupo al que pertenecemos, predomina el gen egoísta, así, los hermanos compiten entre sí por el amor de la madre y del padre o por la porción más grande del pastel; o sea que son egoístas entre sí; pero en la relación entre grupos predomina el gen altruista, así, en una pelea entre familias o entre países, los miembros de cada familia o país colaboran de manera altruista e incluso están dispuestos a sacrificar su vida en la defensa de su familia o país;  o sea que son altruistas. En las relaciones entre los miembros en el interior de la familia, grupo o país, predomina el egoísmo, se ponen zancadillas, se roban, se asaltan y hasta se matan; pero apenas suena el himno nacional, los mismo que antes se odiaban se ponen hombro con hombro y se defienden, o sea que predomina el gen altruista.

            Igual ocurre ante una desgracia provocada por la irresponsabilidad de las autoridades o de la misma población, que desencadena una inundación, un aluvión, un incendio forestal o similar: los que diez minutos antes se insultaban y agredían, ahora colaboran y se ayudan para salvar los muebles y la vida: en el interior del grupo son egoístas, como parte del grupo son altruistas.

 

 

            El mayor nivel cultural del individuo (OJO: me refiero a desarrollo cultural, no disponibilidad de información), tal que lo hace escéptico, preguntón, que no se contenta con ver un fenómeno natural o social (económico, político o ideológico) sino que investiga y desentraña toda la red de causalidad que provocó aquel, determina que ese individuo actúe según la epigenética que él mismo ha construido a lo largo de su vida, y sea altruista siempre; en cambio el bobalicón que piensa que él es el centro del universo y que lo único que importa es enriquecerse y engordar, para lo cual roba y miente y es un auténtico canalla (estoy pensando en algunos gobernantes y empresarios multimillonarios), este fulano es un egoísta inveterado e incurable. Y, seguramente este último se sabe de memoria los diez mandamientos y va todos los viernes a la mezquita, todos los sábados a la sinagoga y todos los domingos a misa y comulga todos los días; mientras que el primero solamente va a la iglesia a admirar el genio, la inteligencia y el trabajo de los arquitectos, ingenieros y albañiles que la concibieron, diseñaron y construyeron.

            Y eso es todo. Nuestro comportamiento está determinado por los genes y por la epigenética. Así que el Dios creador, en lugar de confiar en uno solo de los centenares de miles de millones de seres humanos -que han existido desde que la imprudente naturaleza les permitió bajarse de los árboles- para contarle sus mandamientos, y en un trozo de piedra, debió grabar esos mandamientos en los genes. Nuevamente queda demostrado que lo de Moisés y sus diez mandamientos es un puro cuento.



“La intención de aniquilar Gaza en su conjunto también estaba implícita en la declaración de Netanyahu del 28 de octubre (2024), que, mediante una referencia bíblica, evocaba la implacable lucha de los judíos contra los amalecitas. El pasaje del Libro 1 de Samuel, 15:3 es el siguiente:

<Ve pues, ahora y destroza Amalec, y ofrece al anatema cuanto tiene: no le perdones ni codicies nada de sus bienes, sino mátalo todo, hombres y mujeres, muchachos y niños de pecho, bueyes y ovejas, camellos y asnos>[1]                              

 

            De manera que el Primer Ministro de Israel, guiado, adoctrinado, descerebrado, escudado y armado con este libro perverso que ya ha provocado los más inconcebibles sufrimientos, hambre, torturas y eliminación de poblaciones enteras por miles de años, promete textualmente el genocidio palestino, para lo que cuenta -como quedó dicho- con el beneplácito del pueblo de Israel, el dinero y las armas de EEUU y Europa y la vista gorda del resto de los espantosos seres humanos. Como decía Jorge Luis Borges: “una maldita mierda después de otra”, y que yo completo: “y más pequeña que la siguiente”.

 

 

LMG. 2025-08-09



[1]GAZA ANTE LA HISTORIA, Enzo Traverso, págs. 27-28 iBook




[1]UNRWA: Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Próximo

[2]https://unrwa.es/mision/campos

[3]LA CONQUISTA SOCIAL DE LA TIERRA. ¿Qué es la naturaleza humana? Edward O. Wilson, Pág. 240.




[1]LOS SIETE LIBROS DE LA SABIDURÍA, Séneca. Prólogo, Pág. 12.

[2]LOS ÁRABES, Del Imperio Otomano a la actualidad. Eugene Rogan. Páginas 241-244. Todas las afirmaciones contenidas en este libro van respaldadas por las correspondientes fuentes; lo que asegura que no son simples opiniones o inventos del autor. 

[3]Aquí cabe una pregunta fundamental: ¿Por qué los judíos han sido rechazados por siglos en todo el mundo? Los pogromos: “Un pogromo es el linchamiento multitudinario, espontáneo o premeditado de un grupo particular, étnico o religioso, acompañado de la destrucción o el expolio de sus bienes... El término fue acuñado en el siglo XIX para designar actos de violencia contra los judíos del Imperio ruso” Wikipedia.

[4]O sea que quien realmente “dio” Palestina a los judíos fue Arthur Balfour. Él es su dios o el instrumento de su dios.

[5]Wikipedia

[6]El Bet Din es un tribunal rabínico o judío que funciona según la ley religiosa judía. Significa “casa del juicio” en hebreo. Un Bet Din era el antiguo Sanedrín.

[7]Op.Cit. EL SECRETO DE SPINOZA, págs.195-196.

[8]Los amorreos fueron un grupo de tribus que antes del 2000 a.C. salieron de la península Arábiga y se apoderaron de Canaán. (Asimov, LA TIERRA DE CANAÁN, pág. 28)

[9]“conquista”, esta es una palabra muy mal utilizada por todos los historiadores de todas las épocas. Todas las apropiaciones de tierras mediante el asesinato no son conquistas, sino invasión con genocidio. Isaac Asimov sigue la costumbre y nombra “conquista” a lo que ya hemos visto que fue un asesinato de niños, violación de mujeres y esclavización de hombres, “fueron pasados a cuchillo y no quedó alma viviente”, dice esa Biblia “sagrada”. Igual, la mal llamada “conquista de América” por los españoles fueron 338 años de un genocidio espantoso, 338 años robando, torturando, asesinando y mintiendo. No es lo mismo conquistar a una mujer que forzarla y violarla. 

[10]Extático: que está en éxtasis. Éxtasis: Estado emocional de intenso placer o deleite, un estado místico o religioso.

[11]Donde también nos cuentearon que las pasaron negras, mentira.