UN PAÍS CON UNA POBLACIÓN MAYORITARIAMENTE IGNORANTE, ¿PUEDE LOGRAR UN
DESARROLLO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO MUY AVANZADO?
Desde
diciembre del 2017 la Sierra ecuatoriana está experimentando un invierno muy crudo,
con tempestades copiosas, fuerte carga eléctrica, cielos cubiertos por densas
nubes y neblina y, fundamentalmente, bajas temperaturas, muchísimo frío.
Son
tan densas las nubes y neblina que a duras penas uno puede distinguir la punta
de su propia nariz, no se ve nada, por lo que solamente queda ver los propios
pensamientos.
En
estas circunstancias, a aquellos a los que la sociedad decidió que ya somos
desechables, y no nos quieren en el trabajo, solamente nos queda reflexionar, y
lo hacemos con frecuencia porque nos hemos apropiado de las siguientes
aspiraciones:
Preferiría comprender una sola causa que ser Rey de Persia.
Demócrito de Abdera
Citado en COSMOS, Carl
Sagan. Pág. 167.
Me gustaría saber qué es lo cierto. No me gusta no saber.
COSMOS, Carl Sagan.
Pág. 172.
Me
he puesto a pensar que tenemos un océano de agua sobre nuestras cabezas, en
forma de nubes y neblina. Interesante, estamos viviendo bajo el agua, bajo un
inmenso volumen de agua. Y el agua en el Planeta Tierra no aumenta ni disminuye,
tiene un volumen estable desde que se formó hace alrededor de 4.000 millones de
años, porque las condiciones para que se unan dos átomos de hidrógeno con uno
de oxígeno para formar una molécula de agua, que requerían la presencia de una
enorme cantidad de energía y calor, ya no existen en este Planeta ni existirán nunca
jamás, a saber.
Entonces,
¿de dónde procede tanta agua? Es obvio que está siendo extraída de otro lugar
del Planeta mediante evaporación, y está siendo transportada hasta aquí por los
vientos (lo que supone que en su lugar de origen se está produciendo calor en
la superficie y frío en las capas altas de la atmósfera) y por la rotación de
la Tierra. De manera que hay una alteración de las condiciones meteorológicas
“normales” en los sitios de origen y destino de ese volumen de agua. Por lo
tanto es necesario que disminuya la frecuencia y volumen de lluvias en esas
regiones[1]
para que haya exceso de agua sobre nuestras cabezas aquí.
Por
último, ¿por qué hace tanto frío? Porque las moléculas de agua tienen la
propiedad de extraer calor del medio en el que se encuentran y de los objetos
que las rodean; en el caso de la neblina y de las nubes, lo extraen del suelo
bajo ellas y de los rayos del sol, y lo almacenan por algunas horas sin que su
propia temperatura suba de manera significativa. Por eso hace frío.
En
síntesis, hay un calentamiento global que produce esos fenómenos, calor que se
difunde por la atmósfera de todo el Planeta de manera diferenciada, tanto según
las estaciones del año (generadas por el movimiento de precesión de los
equinoccios, que inclina el eje de la tierra respecto del plano de la eclíptica
alrededor de 23.5º), como según las condiciones de altitud, latitud y longitud
de la zona de que se trate.
Bueno
pero, ¿qué produce ese calentamiento global? La ciencia está ya de acuerdo en
que dicho calentamiento es originado por las actividades humanas, especialmente
la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural); lo que, una
vez sobrepasado el umbral de la concentración de 400 ppm (partes por millón en
volumen) de CO2 en la atmósfera, hemos entrado en una fase de no retorno que
genera una retroalimentación positiva, lo que significa que la ruptura de la
capacidad de la Tierra para recuperar su equilibrio de supervivencia de las
condiciones de la vida (tal como la conocemos) ya es irreversible.
Claro
que todavía hay empresas que, luego de acumular pantagruélicas fortunas por
aquellas actividades están invirtiendo centenares de millones de dólares en
negar que sean ellas las causantes del desastre. A esas empresas y a sus
propietarios, Stephen Hawking les mandó un mensaje: “A aquellas personas que
niegan que el calentamiento global existe y que es provocado por las
actividades humanas, yo las enviaría a experimentarlo en Venus, y yo pagaría
los pasajes” (https://amp.ibtimes.co.uk/i-will-pay-fare-stephen-hawking-wants-send-climate-change-deniers-venus-1655075?__twitter_impression=true).
El
lector que todavía no se haya aburrido y abandonado la lectura se preguntará:
¿Y eso, qué diablos tiene que ver con el título del artículo?
Vamos
a ver: el 20 de enero del 2017, en el discurso de investidura como Presidente
de los EEUU, Donald Trump pretendió burlarse de los científicos que demuestran
tanto la existencia del calentamiento climático como de que este es causado por
las actividades humanas, con una de sus frases típicas, de extremada ignorancia
y estupidez a las que nos tiene acostumbrados, dijo aproximadamente lo
siguiente. “¿Cómo hablan del calentamiento global si aquí nos estamos
congelando del frío?”. Lo que provocó que decenas de miles de personas
presentes en dicho acto, más otras centenares de miles que lo veían a través de
sus aparatos de televisión estallaran en carcajadas, vítores, bailes y
aplausos. Lo que demuestra la validez de la primera frase del título del
artículo: “una población mayoritariamente ignorante”.
Veamos
otra demostración de la validez de la primera frase del artículo. En el canal
de televisión alemana DW se presentó hace pocos días una investigación
periodística con el título: “JUEGO SUCIO: cómo Trump ganó las elecciones”.
Dicha investigación descubrió que un multimillonario de la ciudad de Los
Ángeles compró una gigantesca empresa de informática, la cual robó, compró
(especialmente de Facebook) y copió la información personal de millones de
votantes, de manera que los llegó a conocer más que sus amigos, su familia, sus
cónyuges y más que sí mismos; especialmente se interesó en los miedos, frustraciones,
temores, anhelos, deseos, etc., de esos votantes y se dedicó a enviarles
mensajes personales subliminales frecuentes (a cada uno) y que (tal vez para evitar que fueran
rastreados) se borraban apenas eran leídos. De esa manera influyó o tomó
posesión de las decisiones electorales de esos votantes y los condujo
mansamente, como borregos al matadero, a votar por Trump. Más aún,
aprovechándose del defectuoso, falso y mentiroso sistema “democrático” de los
EEUU, aquella empresa de informática concentró su campaña en los Estados con
más delegados electorales y puso a Trump en la Presidencia, a pesar de que
obtuvo 3 millones de votos menos que Hillary Clinton.
Otra
demostración de la validez de la primera frase del artículo: En casi todos sus
libros, Carl Sagan se queja del bajísimo nivel cultural y del deficiente
sistema educativo de los EEUU, para rematar lo cual indica que únicamente dos
presidentes de dicho país han tenido conocimientos científicos.
Ahora
voy a abordar la segunda frase del título del artículo. Es evidente e innegable
el impresionante desarrollo científico y tecnológico de los EEUU, creo que no
hace falta mencionar cifras que lo demuestren. De manera que, ¿cómo se explica
o resuelve esa paradoja?
Voy
a proponer una hipótesis: lo que ocurre es que aquel desarrollo científico y
tecnológico es producido por una pequeña élite de brillantes cerebros que
pueden acceder a las universidades y trabajar en sus centros de investigación.
La educación universitaria en ese país es extremadamente costosa, y las
exigencias muy duras; pero las universidades disponen de enormes recursos
económicos, son propietarias de acciones en empresas de alta rentabilidad[2] y,
además de ello, desarrollan investigaciones financiadas por empresas privadas
de tecnología de punta. Todo ese potencial económico permite a las
universidades otorgar becas a estudiantes brillantes, estar en capacidad de
montar laboratorios de investigación de alta tecnología y pagar muy bien a sus
profesores los cuales, con excepciones que confirman la regla, no son escogidos
de entre los amigos y parientes de los rectores y decanos. Además, son
dirigidas con absoluta independencia del poder político del país. Esto supone
que las universidades de los EEUU son como enclaves, independientes e insólitas
en un medio mayoritariamente de bajo nivel intelectual y cultural. Por supuesto
que no faltan universidades mediocres, pero esas no vienen al cuento.
Acabo
de encontrar (2018-01-20) una información que parece confirmar mi hipótesis:
“A 10 kilómetros de Washington
D.C. hay un pequeño pueblecito llamado Bethesda que pasaría por ser el típico
suburbio estadounidense de clase alta si no fuera porque está pegado a un
campus de investigación donde trabajan 6.000 científicos aglutinados en 27
institutos que cubren todas las áreas de la medicina, y por el que a lo largo
de su historia han pasado 115 premios Nobel. Los Institutos Nacionales de la
Salud (NIH) de Estados Unidos no son una universidad, ni una institución hospitalaria;
son un centro dedicado exclusivamente a la investigación científica y que se
encarga de gestionar los más de 30.000 millones de dólares que el gobierno
estadounidense invierte cada año en investigación en biomedicina. El 20% de ese
dinero se gasta directamente en esa torre de Babel de las ciencias de la salud,
el resto se reparte en becas de investigación por centros de todo Estados
Unidos, y un 0,0001 por ciento constituía mi salario durante el par de años que
trabajé a tiempo parcial en su Departamento de Comunicación” (EL LADRÓN DE
CEREBROS, Pere Estupinyá, página 47).
Como
colofón de este análisis vale dejar planteada una pregunta, de respuesta obvia
pero que merece un análisis prolijo, que dejo para un futuro próximo:
UN PAÍS CON UNA POBLACIÓN MAYORITARIAMENTE IGNORANTE, CON UN
SISTEMA EDUCATIVO ALTAMENTE DEFICIENTE
EN TODOS SUS ÓRDENES Y NIVELES, Y CON UNIVERSIDADES SECUESTRADAS POR EL ESTADO
CON EL BENEPLÁCITO DE SUS MEDIOCRES AUTORIDADES, ¿PUEDE LOGRAR UN DESARROLLO
CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO MUY AVANZADO?
Algunos
lectores advertirán que me voy a referir a un país con nombre de línea
imaginaria y realidad de terror y vergüenza.
Leonardo Miño Garcés. 2018-01-19
[1] Por ejemplo, la enorme Ciudad del Cabo (Cape Town) en
Sudáfrica, este momento está sufriendo una extremada sequía, lo que obligará a
su población desde el primero de febrero a reducir el consumo diario por
persona a 50 litros, lo que significa una disminución del consumo en
un 45%, mientras el uso de agua en la agricultura deberá reducirse en un 60%. Cape Town Could Be 1st Major City in World to Run
Out of Water After 90-day Warning. https://t.co/dXPs1kvvcp
[2] Actualmente hay un fuerte movimiento para pedirles y
exigirles que retiren sus inversiones de las empresas del petróleo, el carbón y
el gas natural, y se está teniendo éxito en el empeño.