martes, 9 de febrero de 2021

LA RESPONSABILIDAD DE LOS ARQUITECTOS ANTE LA PANDEMIA

LA RESPONSABILIDAD DE LOS ARQUITECTOS ANTE LA PANDEMIA 

Leonardo Miño Garcés

Puede ocurrir que nada más leer el título algún lector arquitecto se asombre y piense: ¡¿Y ahora? ¿Acaso yo tengo la culpa?! No, pero a partir de este artículo, SÍ. Y no salva de la responsabilidad dejar de leerlo, como algunos acostumbran, que solamente ven el número de páginas, abandonan la lectura y regresan al WhatsApp a ver algún mensaje corto, frecuentemente banal o alguna noticia falsa.

            SÍ, en realidad a partir de noviembre del 2019 -por lo menos, a saber- cada edificio que se diseñó y construyó contribuyó a multiplicar el virus, como demostraré con el contenido de este artículo. Pero no es mi intención señalar a nadie con el dedo, sino comenzar a formular la solución.

            Para empezar, está claro que esta pandemia no va a terminar en los próximos días ni meses, sino, en el mejor de los casos, talvez, en los próximos años. Pero, además, los biólogos y naturistas nos informan que están ya identificados alrededor de un millón de virus que viven en los animales que comemos o con los cuales nos relacionamos directa o indirectamente, y que en cualquier momento pueden mutar, pasar a los humanos y, vista la ineficiencia de la OMS y de los gobiernos de todo el mundo, provocar otra pandemia. Al respecto vale leer esta frase de Ken Follet:

“... Cada año un nuevo virus se propaga desde China y mata a miles de personas...”[1]

            Así que la amenaza de epidemias o pandemias producidas por virus o bacterias es permanente y más vale tomar medidas para detenerla y no limitarse a padecerla. ¿Cuál es la responsabilidad de los arquitectos en esta batalla? Pues, la de iniciar la protección de la especie humana con sus diseños; ubicarse en la primera línea de ataque y de defensa. Veamos cómo:

            Es por todos conocido que la economía mundial está semi-paralizada, y en algunos países detenida por completo, con confinamientos y cierre de negocios. Esto hay que superar, miles de millones de personas no pueden perder sus empleos y sus negocios por culpa de espacios diseñados para el mundo anterior a noviembre del 2019. Un ejemplo claro y por demás evidente son los restaurantes: las barras de atención, en las cuales los clientes consumen bebidas y alimentos “cachete con cachete” deben desaparecer, así como los “almuerzos buffet” en los que todos se sirven con la misma cuchara metida en la misma sopera o fuente; las cartas de menú que resuman virus y bacterias también; incluso las pantallas táctiles para la selección de platos; amén de la actual distribución de los baños colectivos. El procedimiento, volumen y velocidad de renovación de aire por hora deberá re-calcularse y re-diseñarse. Si todo esto se modifica los restaurantes podrían volver a abrir. Y, ¿quiénes tienen que diseñar las soluciones? Pues los arquitectos, que deberán trabajar con los ingenieros informáticos, electrónicos, hidrosanitarios, mecánicos y otros.

            El trabajo burocrático público y privado, tal y como se lo desarrollaba hasta noviembre del 2019 va a cambiar. Con toda seguridad los empresarios ya habrán calculado -con dos decimales- que les resulta más barato, rentable y eficiente que sus empleados trabajen desde casa. Así se ahorran espacio, gasto en energía, agua, alimentación; se eliminan los “recesos cafeínicos” en los que aquellos “pierden el tiempo” criticando a sus jefes y al gobierno y difundiendo los chistes de la semana y los resultados del fútbol. Claro que, para que eso ocurra, los empresarios deberán planificar y programar las labores, por día y por empleado, de manera que no interesará que ellos pasen ocho horas en la oficina sino que desarrollen tal labor concreta por día. A su vez, los empleados desde casa tratará de cumplir su labor -a destajo- en el menor tiempo posible y no en ocho horas. Todo este cambio redundará en una elevación de la productividad del trabajo. 

            Adicionalmente, la nueva modalidad de trabajo obviamente redundará en el cambio del uso y necesidad de los espacios del hogar e impactará en la estructura y funcionamiento de toda la ciudad, al disminuir la movilidad, con la mejora de sus condiciones ambientales. Las redes de servicio de internet tendrán que mejorar en cobertura, capacidad y velocidad, lo cual estimulará la informatización del funcionamiento de las infraestructuras; y el servicio de Internet deberá pasar a ser considerado una de las necesidades básicas de supervivencia, al igual que la alimentación, el agua potable, etc. Como se puede apreciar, algo bueno saldrá de todo esto.

            Pero, en lo que concierne a este artículo, los arquitectos deberán de inmediato poner manos a la obra en el nuevo diseño de oficinas y casas familiares.

            Sería imperdonable no hacer alusión aquí al diseño de las viviendas, analizado al detalle en otro artículo[2]. Los índices de personas sin hogar en todos los países del mundo son vergonzosos, y lo son también los de las familias que mal viven en refugios insalubres. Los Estados de todo el mundo han fracasado totalmente en resolver el mal llamado “problema de la vivienda”, un ejemplo vergonzoso es el de los diseños de los refugios mal llamados viviendas del “programa Casa para Todos” del gobierno ecuatoriano, con índices de habitabilidad inferiores al de las celdas de las cárceles.

            En tiempo de pandemia es poco menos que absurdo y criminal querer obligar a esas familias a “quedarse en casa”. ¿Acaso pueden hacerlo si su “casa” es un tugurio con paredes de caña guadúa entre las cuales se filtran las cucarachas y el frío; sin baño, alto hacinamiento y sin ventilación, elevados sobre postes en las orillas de los esteros de los ríos por los cuales se desalojan las aguas servidas de las ciudades; y sus ocupantes se ganan medio pan cada día en las calles vendiendo cualquier cosa? No son muy diferentes las condiciones de vida en favelas, conventillos y barrios pobres similares existentes en todo el mundo. ¿Acaso se les puede obligar a quedarse en casa y ponerles una multa si no lo hacen? ¡Que sociedad mas espantosa!

            Con las nuevas necesidades y actividades a satisfacer en las viviendas todo deberá cambiar, los índices máximos de ocupación y los de hacinamiento deberán modificarse; así como los módulos de diseño, etc. Todos los diseños actuales de las viviendas mal llamadas “de interés social”, que en situaciones “normales” son precarios y deficientes, ahora sí, no podrán evitar ser arrojados a la basura. 

            Examinemos ahora los establecimientos educativos. Como analicé en otro artículo[3], la educación para el siglo XXI solamente requiere la presencia física de los estudiantes de escuelas, colegios y universidades en los laboratorios y talleres, no en las aulas para clases teóricas.

“...odio todo aquello que sólo me enseña sin aumentar o estimular inmediatamente mi energía...” Johann W. Goethe[4] 

            De manera que el diseño de las viviendas deberá considerar esta otra actividad que se desarrollará en ellas: las clases teóricas y la investigación en la red mundial para el aprendizaje de niños y jóvenes. Y este cambio impactará en las ciudades: primero, aumentará la frecuencia de uso y la concurrencia a parques infantiles y barriales; segundo, aumentará la necesidad, concurrencia y frecuencia de uso de bibliotecas barriales; tercero,  si bien la concurrencia a los establecimientos educativos disminuirá, los espacios deberán ser utilizados por turnos para reducir la densidad de uso, de manera que los horarios de asistencia no serán únicos sino alternados, así que, nuevamente, disminuirá la intensidad de movilidad en las calles y avenidas en horas pico. Se deberá transformar el diseño de jardines de infantes, escuelas, colegios, universidades, viviendas familiares, bibliotecas y barrios o unidades vecinales. ¡Arquitectos! ¡A trabajar! ¡Se acabó el holgazaneo y el diseño tradicional por inercia!

            Ahora vamos con los establecimientos de salud. Las normas de diseño hospitalario establecen piezas para un máximo de cuatro camas, con un baño colectivo para esas cuatro personas. Está claro que esto habrá que cambiar, si bien las piezas con envolventes fijos pueden continuar siendo para cuatro personas deberán diseñarse paneles sólidos para independizar ambientalmente todo el volumen ocupado por cada paciente, y los baños deberán ser individuales. Todo el sistema de circulación (área tributaria) deberá ser rediseñado para independizar totalmente cada flujo. Cada unidad funcional hospitalaria deberá ser absolutamente independiente. Al diseño de escaleras y ascensores me referiré puntualmente más adelante. La cobertura de cada hospital deberá reducirse de manera que disminuya el área urbana atendida por cada uno y se multiplique el número de aquellos. En mi libro CRÓNICA DE UN GENOCIDIO[5]me refiero al pésimo diseño de los hospitales chinos. Las unidades menores de salud deberán reducir sus ámbitos de cobertura, multiplicarse y diseñarse con nuevas normas.

            Recreación Socio-Cultural. Ya me referí a las bibliotecas. El diseño de cines, teatros, coliseos, estadios, museos y similares es un desafío muy complejo y que requiere su abordaje inmediato.

            Recreación deportiva activa: ya quedó clara la necesidad de aumentar el número y reducir la cobertura de parques infantiles y barriales; ahora, el diseño de los equipamientos de cada uno, además de ser más versátil y creativo deberá considerar las nuevas áreas modulares por persona. La caminería deberá separarse físicamente y modificarse el diseño de su señalización. La arborización deberá ser más densa y las especies forestales escogerse por su capacidad de sumidero de aire contaminado.

            Bienestar Social: deberán multiplicarse las unidades de recreación, atención y residencia de ancianos y discapacitados, lo que implica obviamente reducir sus ámbitos de cobertura. Habrá que investigar la mortandad producida por la pandemia en estas unidades en todo el mundo, identificar sus defectos de diseño y enmendarlos.

            Las mal llamadas unidades de Rehabilitación Social -cárceles-. Ninguna atención ha merecido en las noticias la situación de ellas en medio de la pandemia, pero seguramente serán nidos de reproducción masiva de virus. Si en situaciones “normales” estos antros son insalubres, ahora el infierno seguramente será un paraíso comparado con ellas. Habrá que taparse las narices e investigar su situación para emprender de inmediato su rediseño. Aunque lo correcto es eliminar su necesidad mediante el pleno empleo, la plena educación y la plena atención de la salud. Algo similar cabe decir respecto de los cuarteles, incluso en cuanto a que lo correcto es que desaparezcan, mediante las tres acciones mencionadas tres líneas arriba.

            Establecimientos de comercio: en general, todo tipo de comercio debería someterse a las recomendaciones para supermercados: En el caso de personas de la tercera edad se deberá priorizar la compra por internet y entrega a domicilio (nuevamente, menor movilidad en la ciudad). Para los que compren de manera directa, además de la desinfección permanente de cada persona antes del ingreso, la de los coches de compra apenas son abandonados por un usuario, de las monedas y billetes que se reciben y entregan en caja, de todos los productos -que deben ser enfundados-, deberá separarse y señalizarse el sentido de las circulaciones. Habrá que llegar al pago exclusivo con tarjeta de crédito provista de chip de escaneado, de manera que solamente hay que ponerla delante de la pantalla de un lector de tarjetas.

            A partir de la difusión masiva de la compra-venta por catálogo vía Internet (esto ha permitido la ubicación como la persona más acaudalada del mundo al dueño de Amazon), en algunos países ya están desapareciendo los centros comerciales; he visto reportajes de algunos convertidos en viviendas multifamiliares con departamentos mínimos, de manera que parece que ese es el futuro de estos grandes establecimientos dedicados a satisfacer las necesidades subjetivas creadas por la publicidad en la mente de personas con un dudoso nivel cultural. En el tiempo que les quede de vida, deberían someterse a las mismas recomendaciones indicadas para los supermercados.

            En cuanto a los mercados la situación es diferente, en la medida en que son parte de la tradición e historia de las ciudades, con la relación de persona a persona, que establece y mantiene lazos de amistad e incluso redes de solidaridad barrial. Por ello, más bien debería impedirse que se “informaticen”. Así que el uso de mascarillas, enfundar todos los productos (los animales marinos me estarán lanzando miradas asesinas, así que las tres “R”: reusar, reducir y reciclar es obligatorio), llevar monedas y billetes lavados y tenerlos en agua y jabón antes de entregar los “vueltos” por parte de los vendedores (las “caseritas”) será indispensable. La separación y señalización del sentido de las circulaciones; re-dimensionar y re-diseñar circulaciones, puestos de venta, bodegas, servicios higiénicos, etc., es ya obligatorio. Nuevamente: ¡arquitectos: aquí hay trabajo!

            A las fábricas y otros equipamientos de concurrencia masiva me voy a referir en las recomendaciones generales de diseño de espacios colectivos.

            No se trata de reducir la frecuencia de los contactos o reuniones sociales, sino de hacerlas seguras. Si garantizamos a las personas que los espacios de reunión son seguros, ellas volverán a reunirse con confianza, se acabará el miedo.

            Por lo pronto queda claro que las normas, reglamentos y ordenanzas de diseño arquitectónico y urbano actuales deben ser enviadas a las bibliotecas, para ser depositadas en la sección de historia del mundo 1870-2019. Cambia la periodicidad de la historia.

Y, ¿CÓMO LO HACEMOS? 

Tenemos que partir desde cero. Empecemos. Para dimensionar cualquier espacio calculamos y coordinamos cuatro áreas: área de equipo, de uso, de circulación y de relación. Las dos últimas cambian por necesidad del distanciamiento físico entre personas. Con lo cual cambiará el resultado final del análisis y coordinación. Ahora bien. Hasta ahora considerábamos al módulo de la persona estática (por ejemplo, parada en una fila) igual a 0,90 x 0,30; el de la persona que puede girar 360 grados era 0,90 x 0,90; y el de la persona en movimiento era de 1,20 x 1,20. Ahora serán: el primero 2,40 x ,90; el segundo 2.40 x 2.40 y el tercero igual: 2,40 x 2,40. Desde estas medidas deberemos analizar con extremado cuidado.

            A partir de ahí se modificarán las áreas de circulación y de relación. Una vez analizadas, dimensionadas y coordinadas las cuatro dimensiones básicas, pasaremos a analizar la secuencia de cada actividad individual en el espacio y en el tiempo, con lo cual obtendremos las dimensiones totales del espacio; las modularemos y obtendremos las dimensiones útiles moduladas. Hecho eso toca calcular las dimensiones y áreas de las envolventes, que dependen del material de las mismas. Calculamos la mitad del ancho de las envolventes compartidas con espacios adyacentes y el total de las dimensiones de las envolventes exclusivas (hacia los pasillos y hacia el exterior). Y, ya está, tenemos las dimensiones de cada espacio.

            Todo este proceso de diseño, dimensionamiento y coordinación modular, muy detallado y prolijo, se lo puede encontrar en mi libro EL TRABAJO DE FIN DE CARRERA DE ARQUITECTURA, Guía Metodológica y Conceptual.[6]

            Las condiciones ambientales de cada espacio también deberán cambiar. Así, la frecuencia de renovación del volumen de aire por persona y por hora deberá aumentar, lo que implica, primero, identificar cuidadosamente la orientación de cada espacio, de manera de lograr presión positiva, o sea un efecto de succión del aire interior por efecto del flujo paralelo del aire exterior a la ventana y, además, otro diseño de las venterolas de cada ventana.

            Todos y cada uno de los espacios deberán contar con asoleamiento en algún momento del día, habida cuenta que los rayos ultravioleta del sol son los mejores desinfectantes.

            El área de las ventanas y el espesor de los vidrios deberá ser calculado en función de la conservación de la temperatura y no “porque así está de moda o queda bonito”; para que las personas no se vean forzadas a cubrirse con poncho, sombrero y bufanda para abrigarse, o desnudarse para refrescarse.

            El área y orientación de las ventanas deberá también calcularse en función de la necesidad de iluminación natural óptima, para no mantener encendidas las lámparas todo el día.

            La temperatura y humedad ambiental de todos los espacios, de cualquier tipo que sean, deberá mantenerse muy junto a 21 grados centígrados y 50% respectivamente.

            Pasemos a los artefactos incorporados a la construcción: además de la colocación de dispensadores de alcohol en las paredes de los espacios interiores y de los pasillos, se sugiere adoptar las siguientes soluciones o similares (se indica unos poquísimos ejemplos, que están muy lejos de agotar las necesidades):

-       Cerraduras de las puertas: el objetivo es que no sean tocadas con las manos por las personas, en consecuencia, un ejemplo de solución es poner una placa de plástico o metal de unos 25 cms., de alto a todo lo largo de la parte baja de cada puerta y allí poner una palanca para ser accionada por el pie.

-       Interruptores de iluminación: Células fotoeléctricas incorporadas a las luminarias encenderán estas apenas la iluminación natural sea insuficiente, y las apagarán al abandonar el espacio el último usuario.

            A continuación unos pocos ejemplos de los Espacios de uso colectivo y equipamientos:

-       Servicios Higiénicos: todas las llaves de disposición de agua potable tendrán incorporadas células fotoeléctricas para que fluya el agua apenas pasa la mano del usuario por debajo de la llave; el sistema entrega una cantidad determinada por un tiempo fijo y se suspende el flujo. Todas las puertas se deberán abrir mediante palanca accionada con el pie. 

-       Ascensores: Parece claro que hay que abandonar los ascensores cuadrados o rectangulares de uso colectivo. Un ejemplo del camino a seguir puede ser adoptar las formas de polígonos regulares, tal vez los mejores sean el hexágono y el octógono, de manera de formar triángulos independientes a partir del punto central hacia los lados, en aquellos ubicar una sola persona y que se abran hacia dos pasillos o corredores separados.

           Ejemplo de ascensor para seis personas

            También habrá que eliminar las botoneras y sustituirlas por comandos de voz; y los ascensores deberán contar con ventilación o renovación y filtro de aire, mecánicas.

-       Vestíbulos y corredores o pasillos: Deberá marcarse y señalizarse los sentidos de circulación, la posición de cada persona en fila ante ventanillas o mostradores, con la separación física entre individuos. En casos especiales incluso deberá separarse los sentidos de circulación con barandillas o paneles transparentes.

 En fin, que, como queda dicho y la tragedia lo ha demostrado, hay que hacer todo desde cero, desde el redimensionamiento y rediseño del módulo básico hasta toda la ciudad, metro a metro. Como me lo dijo un Arquitecto con el que crucé las primeras ideas: “¿Hay que hacer un nuevo Neufert?”[7]! Sí. Se cerró el capítulo de la Arquitectura hasta el 2019. Empieza otro completamente diferente.

 

¡MANOS A LA OBRA!

LMG.2021-02-08



[1]EN EL BLANCO. Ken Follet. Pág. 78. Es impresionante conocer  toda la prolija, extensa y minuciosa investigación que realizó el autor y la agencia Research for Writers para escribir el libro. Debolsillo, Barcelona, 2004.

[2]CASA, VIVIENDA, HOGAR. Leonardo Miño Garcés. 2020-02-03

[3]CARACTERÍSTICAS DE LA SOCIEDAD PUESTA EN EVIDENCIA POR LA PANDEMIA DEL VIRUS CHINO, La sociedad humana al desnudo. 2020-12-16.

[4]Citado por Nietzsche en el prólogo de su Filosofía de la Historia; citado a su vez por Jostein Gaarder en EL DIAGNÓSTICO, Biblioteca Gaarder Ediciones Siruela, Madrid 2007, Pág. 35.

[5]2020-09-05

[6]EL TRABAJO DE FIN DE CARRERA DE ARQUITECTURA, Guía Metodológica y Conceptual. Leonardo Miño Garcés. Editorial Abya Yala. ISBN: 9978-43-825-4. 2004.

[7]El Arte de proyectar en Arquitectura. ERNST NEUFERT, Profesor de la Escuela Politécnica de Darmstadt. Editorial Gustavo Gili, Barcelona. Fecha de publicación original, 1936.