MORFOLOGÍA URBANA
(Primera Parte)
(Primera Parte)
Leonardo Miño Garcés
Como es
conocido, el Sistema Urbano tiene cinco componentes: funcionalidad, forma,
técnica, ambiente y significado. En esta oportunidad voy a desarrollar con
algún detalle el componente referido a la forma: la Morfología Urbana.
Varios autores
se refieren a la morfología urbana como el “Tejido Urbano” y, en mi criterio,
tienen razón, ya que mentalmente asimilamos la palabra “tejido” a una
superficie textil. Y el tejido urbano es una urdimbre de múltiples mallas o
“sub-tejidos” y obviamente, en su complejidad, no es una superficie de 2
dimensiones, sino que tiene (a saber) cuatro, como veremos más adelante. En
cambio, hay otros autores que se refieren a todo el sistema urbano como una
yuxtaposición de múltiples “tejidos”, en los que incluyen las redes de
infraestructura, los equipamientos, las redes funcionales, etc. Si bien esos
son también mallas, sus características esenciales no son morfológicas, por
ello me parece que no es pertinente llamarlas tejidos. Así que en este
artículo se utilizará la palabra “tejido urbano” para referirse exclusivamente
a la forma de la ciudad en sus cuatro dimensiones.
Parece
pertinente empezar por citar la definición de “morfología” que ofrece
Wikipedia:
“disciplina que estudia la generación y las
propiedades de la forma, y que se aplica en casi todas las ramas del diseño”.
De manera que
debemos tratar dos aspectos: cómo se generan y cuáles son las propiedades de la
forma, en este caso, de las ciudades, o sea de la imagen o el paisaje urbano.
Empecemos por
los distintos tipos de formas (o mallas formales) que existen en las ciudades:
1. LA RED VIAL O TRAMA URBANA O TRAZADO URBANO
Es decir, el
trazado de las calles o los ejes de las calles. Así se comienza a generar
la forma de la ciudad, sea de manera
voluntaria y diseñada de antemano o por la necesidad o determinación de
acomodarse a la geografía (el perfil de un río, de la costa, la geomorfología
del terreno) o a la topografía.
Aunque también en la historia se han dado situaciones en las que la
cultura o las necesidades de defensa han determinado al trazado urbano. Por
ejemplo, en la Edad Media, las necesidades de defensa de la ciudad obligaban,
en algunas circunstancias, a configurar la ciudad o el asentamiento de manera
de poder defenderlo de manera más eficaz. Un trazado irregular, con múltiples
curvas y vericuetos ayudaba a la defensa, porque las tropas enemigas no podían
saber con qué se iban a encontrar a la vuelta de la esquina. (En la novela Baudolino, de Umberto Eco, se encuentra una descripción muy gráfica y graciosa de esta circunstancia histórica)
También la cultura, religión o idiosincrasia de un grupo social o
étnico específico han determinado la forma de la ciudad. Por ejemplo, en la cultura
musulmana, puesto que los espacios públicos son de menor importancia, de poca
concurrencia, a diferencia de los privados, la ciudad “vive” dentro de las
parcelas y de las casas, pero las calles son poco concurridas (a excepción de
los zocos y alrededor de las mezquitas); por ello el trazado resultante es
irregular, orgánico, que a algunas personas les parece “caótico”.
Otra circunstancia que ha determinado la forma del trazado urbano ha
sido el clima o las condiciones ambientales. Por ejemplo, en las costas
mediterráneas en la estación de verano el sol es inclemente y la temperatura
puede llegar o subir de los 50 grados centígrados. Esto ha obligado a hacer las
calles estrechas, de manera que las fachadas urbanas produzcan sombra,
refresquen el ambiente y alivien el tránsito de los peatones por las calles.
Las calles rectas y largas pueden producir túneles de viento, que
molestan a los peatones y bajan la temperatura ambiental o, al contrario, las
calles con giros frecuentes (“tortuosas”) alivian ese impacto de los vientos.
Similarmente, una calle muy amplia y larga puede producir una impresión
de monotonía, de un paisaje uniforme, mientras que las calles sinuosas invitan
al paseo porque nunca se sabe con qué se va a encontrar en el siguiente giro,
lo que hace más interesante el paisaje urbano y más atractiva la ciudad.
Ahora bien, esta primera trama puede tener otra característica, y es
que las calles pueden ser, y generalmente son, de anchos diferentes, lo que
obviamente producirá morfologías diferentes, que van variando conforme
transitamos por ellas y que, tendrá como resultado morfologías diferentes en la
volumetría total.
De manera que, en síntesis, se han producido dos tipos de trazado
urbano, uno geométrico (regular o irregular) y otro orgánico.
Trazado geométrico irregular
Trazado orgánico. (Imagen obtenida de Google)
Ejemplos de trazado orgánico tortuoso:
Colmar, Alsacia. Francia.
1.
Trazados orgánicos: Equisheim, Francia. Rothembur de Tuber, Alemania.
2. LA TRAMA MANZANERA
La segunda
trama que se produce, en el interior de la anterior, es la trama manzanera.
Obviamente, si definimos una “manzana” o “bloque” como una isla urbana rodeada
de calles, solamente tendremos una trama manzanera en un trazado geométrico, ya
que en el orgánico no se produce la isla, no se cierran los bloques de
vivienda, sino que pueden tener continuidad los unos con los otros, con
callejones sin salida o curvas de retorno, etc. Pero, incluso en este caso,
aquellos bloques de vivienda son un componente diferente de la trama vial.
La trama manzanera
(en rojo) en el interior de la trama vial (en azul).
“Las calles
tienen anchos diferentes, con trazados muy desiguales y plazas sin forma
definida. Este plano se encuentra en muchas ciudades musulmanas y de numerosas
ciudades medievales de Europa que crecieron de manera desordenada y sin
planificación previa”
Aquí tenemos un trazado más
bien orgánico. Como indica la fuente los anchos de calles son diferentes; hay
calles continuas y callejones ciegos; pero además no hay dos manzanas de igual
forma, hay una gran heterogeneidad en la morfología. Como puede imaginarse, la
ciudad puede resultar muy atractiva por su heterogeneidad, al caminar por ella
el paisaje va cambiando y a cada paso se va descubriendo nuevas imágenes.
La forma de las manzanas en el plan
original del Ensanche de Barcelona, de Ildefons
Cerdá. https://barcelonawiths.files.wordpress.com/2014/07/pla-cerda.jpg
En esta imagen se ve el
diseño original de las manzanas en el plan original del Ensanche de Barcelona,
de Ildefons Cerdà que, en la realidad no se aplicó y se cerraron todas las manzanas.
Como puede imaginarse, si se habría aplicado el plan original la ciudad habría
tenido una morfología muy diferente de la actual; habría tenido una mejor
proporcionalidad entre el espacio construido y el verde, más transparencia, más
comunicación visual y física entre los espacios públicos y los privados, etc.
Imagen de la realidad actual.
La imagen muestra la realidad
actual, con todas las manzanas cerradas, una altísima densidad edificatoria,
ninguna porosidad ni transparencia, separación física total entre el espacio público
y el privado, etc.
Los
ejemplos presentados ilustran de una buena manera cómo la forma de la trama
manzanera influyen en la morfología urbana.
3. LA DIVISIÓN PARCELARIA EN EL INTERIOR DE LAS MANZANAS
Así como el trazado de las
calles determinó la configuración de las manzanas, esta a su vez va a
determinar la división de las parcelas en su interior; la cual obviamente va a
depender no solamente de la forma sino de múltiples condicionamientos, tales
como la clase social o el poder adquisitivo de los propietarios, la
heterogeneidad de los residentes, el paso del tiempo que va provocando la
división de las familias y, en ciertos casos, la división de la parcela
original para dar acomodo a las nuevas familias; el cambio del uso del suelo en
el sector, que puede traer como consecuencia una mayor rentabilidad de unas
edificaciones en desmedro de otras y la consecuente ampliación de unas parcelas
por integración con otras; las regulaciones urbanas emitidas por el ayuntamiento,
etc.
La trama parcelaria, en el interior
de las dos tramas anteriores.
División de las parcelas en las
manzanas del Plan original de Ildefons Cerdá en Barcelona. http://blousteinreview.rutgers.edu/wp-content/uploads/2015/04/Apodaca-image-2.jpg
Si bien
desde la forma, dimensiones y proporciones de las manzanas ya se está
determinando la densidad edificatoria de la ciudad (y, por lo tanto, uno de los
aspectos de su morfología), este aspecto está más determinado por la forma,
dimensiones y proporciones de las parcelas en el interior de las manzanas.
Además, las regulaciones municipales respecto de los retiros entre
edificaciones, alturas de las mismas, etc., que deben aplicarse en cada parcela,
va a determinar la porosidad, transparencia y textura volumétrica de la imagen
urbana.
La
división regular y uniforme de la manzana en lotes iguales tiene el peligro de
producir una imagen monótona, poco atractiva, e impersonal; lo que puede
dificultar la apropiación del ámbito urbano por parte de sus residentes; a
menos que la arquitectura de los bloques construidos sea diversa.
4. LA FORMA Y UBICACIÓN DE LAS EDIFICACIONES EN LOS LOTES
A este componente se le suele denominar “forma de
ocupación del suelo” y, básicamente, se producen las siguientes formas,
determinadas por regulaciones municipales:
- Corrida sobre línea de
fábrica: las
edificaciones se ubican en el borde frontal del lote o parcela, van todas
juntas o adosadas las unas a las otras, y suelen tener la misma altura de
edificación. Esta forma está ilustrada en la manzana central inferior del
dibujo.
- Pareada sobre línea de fábrica: significa
que dos edificaciones de lotes adyacentes van adosadas entre sí y se construyen
en el borde frontal del lote o parcela. Esta forma está graficada en varios
lotes de la manzana derecha inferior del dibujo.
- Pareada, con retiro frontal y
lateral: o
sea que, las edificaciones se construyen de manera similar a la forma anterior,
pero se retiran de la línea de fábrica, o sea que mantienen un retiro frontal
hacia la calle y, obviamente, un retiro lateral.
- Sobre línea de fábrica con
retiros laterales: Cada edificación se ubica sobre el borde frontal, pero aislada,
es decir que mantiene retiros laterales respecto de las vecinas.
- Aislada: cada edificación se
construye con retiros hacia los 4 límites del lote.
- Adosada a un costado y con
retiro frontal:
la edificación tendrá retiros hacia la calle, el fondo y uno de los lotes
laterales, y se adosará a un costado. Puede o no ser pareada con su vecina.
- Al fondo del lote: la edificación se adosará
al fondo del lote. Esta situación suele producirse en el caso de lotizaciones o
fragmentaciones populares, y se explica puesto que el propietario tiene que
construir las 3 paredes que separan el lote de sus vecinos para afirmar su
propiedad o tomar posesión de ella, con lo cual sólo le falta una pared para
cerrar también su vivienda.
- Etc.
Por supuesto que las edificaciones tienen diferentes formas, no todas son rectangulares, aunque la mayoría son poligonales.
En esta malla ya se va configurando la tercera dimensión de la morfología urbana, el volumen; con sus características de densidad edificatoria, porosidad y transparencia. Por supuesto que las edificaciones tienen diferentes formas, no todas son rectangulares, aunque la mayoría son poligonales.
Por supuesto que las edificaciones tienen diferentes formas, no todas son rectangulares, aunque la mayoría son poligonales.
En esta malla ya se va configurando la tercera dimensión de la morfología urbana, el volumen; con sus características de densidad edificatoria, porosidad y transparencia. Por supuesto que las edificaciones tienen diferentes formas, no todas son rectangulares, aunque la mayoría son poligonales.
Respecto de esta malla de la
morfología urbana es de mucha importancia mencionar que el dimensionamiento de
los retiros entre edificaciones tiene enorme importancia por sus efectos ambientales
y de salubridad, así como sociales, sicológicos y similares; en relación con
las alturas de las edificaciones.
En efecto, es evidente que no
producen las mismas características ambientales dos edificaciones de un piso de
altura retiradas entre sí 6 metros (3 metros hasta la pared medianera y 3
metros desde ella hasta la edificación vecina), lo que suele ser común en las
ciudades, que los mismos 3 metros de retiro entre dos edificaciones de diez
pisos.
Esta situación absurda suele
producirse en los procesos de renovación urbana, en que se van derrocando las
viviendas unifamiliares de uno y dos pisos y son reemplazadas por edificios de
8 o más pisos, pero conservando los mismos retiros originales. En la situación
original el sol bañaba las fachadas y penetraba en los espacios, con su efecto
de salubridad, eliminación de agentes patógenos y de la humedad; existía
privacidad sonora y visual entre vecinos, y la ventilación de los espacios era
óptima. En la segunda situación el sol apenas alcanza a bañar las plantas altas
y sólo penetra en los espacios de las mismas, dejando en penumbra, humedad e
insalubridad las plantas bajas; no hay privacidad sonora ni visual entre
vecinos, y la ventilación de los espacios es precaria, puesto que el aire
viciado no es succionado debido a la inexistencia de corrientes de aire en los
pozos producidos entre los bloques altos.
Por esas y otras razones de
la misma naturaleza, el dimensionamiento de los retiros entre edificaciones
debe ser proporcional a la altura de las mismas. Estudios experimentales y de
laboratorio han demostrado que una buena proporción es 1:1, es decir que el
retiro entre edificaciones debe ser igual a la altura de las mismas. Claro que
eso baja la densidad y disminuye la rentabilidad de la operación inmobiliaria
especulativa, pero eleva la calidad de las condiciones ambientales y de
salubridad de los habitantes, así como la calidad ambiental, morfológica y
paisajística de la ciudad.
Fin de la Primera Parte.
Una breve y concisa introducción estimado arqutitecto, lo felicito por mantener activo su blog y seguiré con las partes siguientes sobre este tema que se debría enseñar a profundidad en las escuelas de arquitectura de la ciudad. En la actualidad los arquitectos solo piensan en su obra para que resalte y sea cada vez más una suerte de escultura dejando de lado el entorno urbano y sin pensar en los elementos que menciona como componentes de la morfología urbana.
ResponderEliminarUna pequeña observación nada más, cuando menciona la ocupación sobre línea de fábrica con retiros laterales, desde mi punto de vista el título lo dice todo, quizá pueda omitir el termino aislada de esta parte ya que una ocupación aislada se entiende como retiro de todos los bordes del predio. Eso nada más.
Saludos estimado arquitecto.
Gracias por su comentario, mi estimado Roberto. Respecto de su observación, la "ocupación sobre línea de fábrica con retiros laterales" es diferente de la ocupación "aislada", justamente en que esta última tiene retiros hacia todos los costados (cuatro o más), mientras que la anterior no está retirada de la línea de fábrica, o se que mantiene retiros solamente a sus costados laterales y posterior. Un abrazo.
EliminarMe olvidaba de un comentario, Roberto. En los últimos meses he encontrado que varias edificaciones famosas de Quito son copias casi exactas de las originales ubicadas en otros países. O sea que al "arquitecto" famoso de Quito no le importó ni respetó la morfología urbana de la ciudad ni la cultura de su población, sino solamente llamar la atención y encandilar a un público falto de cultura y subir sus honorarios. Una verdadera vergüenza.
ResponderEliminarArquitecto de esos casos hay algunos que prácticamente reproducen lo que encuentran en libros y revistas. La afectación en la morfología urbana también se da por que muchos proyectos como usted comenta no respetan morfología de la ciudad y normativa, sin embargo no reciben sanción y siguen haciendo "ciudad".
ResponderEliminarSaludos